Roma se enriquece con un nuevo espacio dedicado alarte contemporáneo: Conciliazione 5, espacio expositivo encargado por el Dicasterio de Cultura y Educación de la Santa Sede, se inauguró el 15 de febrero con una exposición del artista chino Yan Pei-Ming, que presenta una obra dedicada a los reclusos y al personal de la cárcel de Regina Coeli. El proyecto, titulado Más allá del muro - Regina Coeli, Roma, forma parte del Jubileo de los artistas y el mundo de la cultura, programado del 15 al 18 de febrero de 2025 (la exposición, sin embargo, permanece abierta hasta el 15 de mayo), y llama la atención sobre una realidad a menudo olvidada, la de las prisiones. La exposición inaugura el recorrido expositivo de la Conciliazione 5, situada a lo largo de la famosa calle que conduce a la Basílica de San Pedro. El local, restaurado según un diseño de Studio COR Architetti, será un escaparate permanente de arte contemporáneo, visible las 24 horas del día, con un programa anual dedicado a la reflexión entre creatividad y espiritualidad. El comisariado del primer año se confía a Cristiana Perrella, que con motivo del Jubileo 2025 ha optado por desarrollar el tema de la Esperanza a través de una serie de intervenciones artísticas.
La obra de Yan Pei-Ming representa el primer capítulo de este camino y se basa en un trabajo de retrato en acuarela que plasma los rostros y las historias de las personas que viven y trabajan en la cárcel romana. El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración con el Ministerio de Justicia - Departamento de Administración Penitenciaria y reúne 27 retratos a gran escala, resultado de una serie de sesiones fotográficas realizadas con el fotógrafo Daniele Molajoli. La cárcel de Regina Coeli, la más antigua y conocida de Roma, es tristemente célebre por su hacinamiento y sus difíciles condiciones de vida. La exposición de Yan Pei-Ming nos invita a mirar más allá del muro que separa la penitenciaría del resto de la ciudad, devolviendo la dignidad a los allí encarcelados y a quienes trabajan en ella. El arte, en este caso, se convierte en una herramienta de escucha y reflexión, dando visibilidad a una humanidad a menudo ignorada.
La elección del retrato como medio de expresión no es casual: en la tradición artística, este género confiere dignidad y reconocimiento social a los sujetos representados. Yan Pei-Ming, conocido por su trazo rápido e incisivo, consigue captar la esencia de los rostros, contando historias que de otro modo permanecerían invisibles. Entre los retratos realizados se encuentran los de presos, policías penitenciarios, voluntarios, médicos y el capellán, figuras que trabajan a diario dentro de la prisión, a menudo en condiciones difíciles.
“Yan Pei-Ming es uno de los pintores contemporáneos más poderosos, capaz de llegar al espectador de su obra con inmediatez”, explica la comisaria Cristiana Perrella al presentar al artista. “A través del retrato, ha llevado a cabo una reflexión sobre la representación del poder. Ha pintado a líderes políticos, papas, iconos del cine, ha releído retratos de maestros del pasado como el de Inocencio X de Velázquez. Por eso he querido que retratara a los internos y operarios de Regina Coeli, una comunidad percibida como marginal, no identificada, invisible”.
El artista afirma: “Mi trabajo siempre está orientado hacia el ser humano, el hombre está en el centro de todo, es el elemento fundamental de mi obra. Si me pidieran que creara un cuadro abstracto, no creo que pudiera hacerlo: me interesa el ser humano. Soy un pintor de nuestro tiempo y retratar la sociedad aislada de una cárcel me parece uno de los actos más simbólicos de desvelamiento y una gran posibilidad real de llevarles esperanza”.
El tema de la esperanza, en el centro del Jubileo 2025, está profundamente vinculado al mensaje del Papa Francisco, que en la bula Spes non confundit pidió un compromiso concreto para garantizar condiciones más dignas a los presos. La exposición forma parte, por tanto, de una reflexión más amplia llevada a cabo por la Iglesia y el Dicasterio para la Cultura y la Educación, que en los últimos años ha promovido varios proyectos en el ámbito penitenciario.
Uno de los ejemplos más significativos fue el Pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Venecia 2024, alojado en la cárcel de la Giudecca, donde se utilizó el arte como medio para dar voz a los reclusos. Otra intervención significativa fue la de la artista Marinella Senatore en la cárcel de Rebibbia, realizada con ocasión de la visita del Papa para la apertura de la segunda Puerta Santa. La obra Io Contengo Moltitudini, una instalación luminosa con frases escritas por los presos, se convirtió en un símbolo de participación y esperanza, visible sólo desde el interior de la prisión pero cargado de significado universal.
La programación de Conciliazione 5 continuará a lo largo de 2025 con otros tres proyectos, confiados a artistas internacionales que abordarán el tema de la esperanza en diálogo con espacios significativos de Roma. La siguiente intervención, tras la de Yan Pei-Ming, correrá a cargo del artista Adrian Paci, que trabajará en relación con el Arcispedale di Santo Spirito en Saxia, otro lugar emblemático de la ciudad.
Con esta nueva apertura, el Vaticano reafirma su compromiso con el diálogo entre el arte contemporáneo y la fe, utilizando el lenguaje visual para abordar cuestiones cruciales de la sociedad contemporánea. Conciliazione 5 se convierte así en un punto de encuentro entre el mundo del arte y el de la espiritualidad, ofreciendo un espacio de reflexión y debate abierto a todos.
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El arte de Yan Pei-Ming narra los rostros de Regina Coeli en el nuevo espacio de la Santa Sede en Roma |
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