Damasa de Gian Maria Tosatti entra en la colección Capodimonte. Instalada permanentemente en la sala 82


La instalación medioambiental Damasa, de Gian Maria Tosatti, dedicada a la escritora Anna Maria Ortese, se ha instalado de forma permanente en la sala 82 del Museo de Capodimonte.

El Museo de Capodimonte y el Real Bosco di Capodimonte presentaron Damasa, la obra de Gian Maria Tosatti que se ha instalado de forma permanente en la sala 82 de la Reggia y que ha sido adquirida en la colección gracias al apoyo del PAC 2022-2023 - Plan de Arte Contemporáneo, promovido por la Dirección General de Creatividad Contemporánea del Ministerio de Cultura.

Realizada y expuesta en Nápoles por primera vez en 2017, Damasa es lainstalación ambiental concebida como la casa del alma de la escritora Anna Maria Ortese, considerada una de las mayores voces literarias del siglo XX italiano. El título de la obra deriva del nombre que la escritora dio a uno de los personajes de la novela experimental Il porto di Toledo, en la que reconoce a su alter-ego.



Aceptando el deseo de Tosatti de que la obra no se expusiera lejos de Nápoles, Sylvain Bellenger, en su doble condición de Director del Museo de Capodimonte y comisario del proyecto, destinó la Sala 82, en la segunda planta de la Reggia, a la exposición permanente de la instalación.exposición permanente de la instalación, devolviendo así un espacio real y al mismo tiempo visionario al escritor y rompiendo el exilio que durante mucho tiempo confinó a Ortese, que murió en soledad a cientos de kilómetros de distancia, soñando aún con Nápoles. Gracias a esta adquisición, Damasa encuentra su hogar elegido en una de las salas del museo significativamente orientada hacia el puerto, situada en continuidad con la Sección de Arte Contemporáneo, a lo largo del recorrido expositivo dedicado al siglo XVII.

La instalación ambiental reproduce un espacio doméstico. En una única habitación, rodeada de montones de cenizas y periódicos quemados, sobre un suelo viejo, se colocan algunos muebles, una cama, una mesa y una silla. En ellos se está produciendo una transformación; la madera, las sábanas o un trozo de pan cambian su sustancia y se convierten en ónice blanco, un material utilizado a menudo por el artista como analogía del alma. Damasa es una obra compleja: pretende entrelazar elementos biográficos del artista y del escritor al que está dedicada. Quiere reproducir un espacio del alma del primero y una habitación transfigurada similar a las muchas en las que éste vivió entre Roma, Milán, Génova y Rapallo, tras abandonar Nápoles.

“Nuestras historias son intemporales y se repiten sin cesar, porque el mundo no cambia, la humanidad no cambia. La historia de Antígona es hoy la misma que la de cientos de niñas que viven en Ucrania o Rusia, Israel o Palestina. Lo mismo ocurre con Ortese. Damasa es ella o será mañana una de nuestras hijas. Por otra parte, Nápoles tampoco ha cambiado desde 1953”, explicó Tosatti.

La instalación pretende dar a Anna Maria Ortese un hogar en la ciudad. La de su juventud, en el puerto, fue destruida por los bombardeos. Después, su deambular fue eterno y atormentado, primero por las callejuelas de Chiaia y luego por otras ciudades que la acogieron cuando Nápoles le dio la espalda. 1953 fue el año de su partida. El mismo en que publicó Il mare non bagna Napoli (El mar no baña Nápoles), su libro más famoso, que termina con un duro y desilusionado ataque a la fragilidad de sus autores napolitanos contemporáneos. Esto le costó la marginación del medio cultural de la ciudad y un exilio forzoso que nunca terminó.

“Es un gran honor el que me hace el Museo de Capodimonte al dedicar permanentemente una sala entera a una de mis obras. Quizás excesivo. Sólo encuentro el valor de acogerla porque siento que la comparto con Anna Maria Ortese, a quien está dedicada esta instalación”, añade el artista. ’Llega aquí después de haber estado expuesta en la Galería Lia Rumma en 2017. Entonces, el espacio no tenía ventanas. Era un lugar cerrado, íntimo, espiritual’. La petición del museo para adquirirla iba acompañada de una propuesta de sala para ubicarla. Y lo primero que me dijo el director Sylvain Bellenger, para hablarme de ella, fue que la sala tenía una ventana maravillosa que daba al puerto. Considero que es su valiosa aportación curatorial“. ”Aquí, las obras, como los hombres y las mujeres“, prosigue, ”tienen historias; y, con los años, aprenden a cambiar. Hoy, la ventana se convierte en un elemento nodal y poético de la obra. Ahora es inseparable de ella. Con la instalación de 2017 -que el museo había decidido adquirir- devolvimos a Ortese a Nápoles, tras setenta años de exilio. Con la instalación de 2023 -que instalamos nosotros- devolvemos Nápoles a Ortese. Y, quizás, estamos haciendo algo aún más profundo. Las últimas palabras de la escritora, mientras moría en el hospital de Rapallo, fueron: “¿A qué distancia está el mar? Me gustaría verlo por última vez”.

Debo el descubrimiento de El puerto de Toledo a Gian Maria Tosatti y puedo afirmar sin reservas que se trata de uno de los más grandes textos de la literatura italiana, escrito por uno de los más grandes autores napolitanos. Como la “stanza d’Angolo”, que considero una de las más grandes heroínas de El puerto de Toledo, la ventana de la habitación 82 de la Reggia di Capodimonte se abre al puerto de Nápoles, al cielo y al mar, a los sueños, a las bellezas que sólo son tales para los visionarios, al mundo destrozado de la infancia, al fraude de la memoria y a la pobreza", comentó el director del Museo e Real Bosco di Capodimonte Sylvain Bellenger. “La sala 82, que suena como un nombre en clave, lleva casi ocho años dedicada al ciclo de exposiciones focales ”Encuentros sensibles“, en las que se han exhibido diferentes interpretaciones, encuentros estimulantes y conmovedores. El ciclo se clausura hoy con Damasa, la obra de Gian Maria Tosatti que pone en diálogo la literatura y las artes visuales, siendo cada una un intento de construir el mundo a través de un lenguaje diferente. La habitación imaginada por Gian Maria Tosatti migra de la ”expresividad“ literaria, como dice Ortese, a la ”expresividad" plástica del propio Tosatti. Quienes, como la joven Damasa, descifran el mundo siguen sus magníficas mitologías. En esta sala, también nosotros nos encontramos soñando, imaginando un homenaje a la lluvia, a las rejillas de las alcantarillas, a las callejuelas, a las cenizas, al vacío y al silencio de la pobreza y de los domingos... Damasa será la última exposición de la serie y desde hoy, la sala 82, con la obra permanente de Tosatti, gracias a la previsión de la Direzione Generale Creatività Contemporanea, se llama sala Damasa. Un justo reconocimiento que Tosatti nos brinda por el gran artista que Nápoles ha encantado y aniquilado’.

Damasa de Gian Maria Tosatti entra en la colección Capodimonte. Instalada permanentemente en la sala 82
Damasa de Gian Maria Tosatti entra en la colección Capodimonte. Instalada permanentemente en la sala 82


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