La gran artista estadounidense Cindy Sherman (Glen Ridge, 1954), conocida internacionalmente sobre todo por sus fotografías y su trabajo sobre la condición de la mujer, presentará el 18 de enero 30 nuevas obras en Hauser & Wirth de Nueva York, en una exposición que marca también el regreso de la artista al histórico barrio del SoHo, donde, a finales de los años setenta, Cindy Sherman debutó con sus ya famosas Untitled Film Stills en la organización sin ánimo de lucro Artists Space. Fue el comienzo de una carrera que la consagró como una de las artistas más reconocidas e influyentes de nuestro tiempo.
La revolucionaria obra de Sherman lleva más de cuatro décadas investigando cuestiones de representación eidentidad en los medios de comunicación contemporáneos. Desde principios de la década de 2000, ha construido personajes mediante manipulación digital, reflexionando sobre el sentido cada vez más fracturado del yo en la sociedad del siglo XXI y continuando una exploración artística que ha encapsulado de forma única su obra desde el principio de su carrera. En las obras que se presentarán en Hauser & Wirth, Sherman ha unido diferentes elementos de su propio rostro para construir personajes totalmente nuevos, utilizando la manipulación digital para enfatizar los detalles estratificados y subrayar la maleabilidad del yo. Eliminó el contexto externo, evitando cualquier escenificación, para centrarse por completo en los detalles del rostro y la cabeza, y combinó una técnica de collage digital que incorpora fotografías en blanco y negro y en color con métodos más tradicionales de transformación, como maquillaje, pelucas y disfraces, para crear un grupo de inquietantes retratos de mujeres que ríen, hacen muecas, sonríen y hacen muecas al espectador.
Para crear estas figuras fragmentadas, Sherman fotografió secciones aisladas de su propio rostro (ojos, nariz, labios, piel, pelo, orejas) y luego las cortó, pegó y deformó sobre una imagen central, construyendo, deconstruyendo y luego reconstruyendo una imagen totalmente nueva. En su doble papel de fotógrafo y modelo, Sherman sigue dando la vuelta a la típica dinámica entre artista y sujeto. Así, aunque todas las imágenes son composiciones del rostro del artista, parecen retratos clásicos. Y, a pesar de la estratificación, las obras de Sherman dan la impresión real de ser modelos individuales diferentes. De este modo, las mujeres fabricadas por Sherman pretenden interrumpir la mirada voyeurista y los binarios sujeto-objeto asociados a las antiguas tradiciones del retrato.
La manipulación digital, central en esta nueva serie (sin título en la tradición de Cindy Sherman), exagera la tensión entre identidad y artificio. Este efecto se acentúa en obras como Untitled #632 (2010/2023) y Untitled #654 (2023), en las que Sherman combina secciones del rostro tanto en blanco y negro como en color, enfatizando la presencia de la mano de la artista y trastocando toda percepción de la realidad, recordando también las coloridas obras recortadas a mano creadas en la década de 1970. Mediante esta técnica de superposición, Sherman crea un lugar de multiplicidad, llamando nuestra atención sobre el hecho de que la identidad es un concepto humano complejo y a menudo construido, imposible de captar en una sola imagen. La exposición va acompañada de un catálogo producido por la editorial Hauser & Wirth.
Nacida en 1954 en Glen Ridge, Nueva Jersey, Cindy Sherman vive y trabaja en Nueva York. Su obra pionera lleva más de cuatro décadas cuestionando cuestiones de representación e identidad en los medios de comunicación contemporáneos. Tras saltar a la fama a finales de los 70 con el grupo Pictures Generation, junto a artistas como Sherrie Levine, Richard Prince y Louise Lawler, Sherman se centró en la fotografía en el Buffalo State College, donde estudió arte a principios de la década. En 1977, poco después de mudarse a Nueva York, comenzó su serie Untitled Film Stills (Fotogramas de películas sin título), aclamada por la crítica.
Sherman siguió canalizando y reconstruyendo personajes familiares conocidos por la psique colectiva, a menudo de forma perturbadora, y a mediados y finales de la década de 1980 el lenguaje visual de la artista comenzó a explorar los aspectos más grotescos de la humanidad a través de la lente del horror y la abyección, como se ve en obras como Cuentos de hadas (1985) y Desastres (1986-89). En estas imágenes, la artista introdujo en su obra prótesis y maniquíes visibles, que más tarde utilizaría en series como Sex Pictures (1992) para añadir capas de artificio a sus identidades femeninas construidas. Al igual que Sherman en el uso de disfraces, pelucas y maquillaje, su aplicación a menudo quedaba al descubierto. Sus famosos retratos históricos, iniciados en 1988, utilizaban estos efectos teatrales para romper, en lugar de apoyar, cualquier sensación de ilusión. Desde principios de la década de 2000, Sherman ha utilizado la tecnología digital para manipular aún más su conjunto de personajes.
Para su serie Payaso (2003), el artista añadió fondos psicodélicos que son a la vez juguetones y amenazadores, explorando la disparidad entre la personalidad exterior y la psicología interior de su sujeto. En sus Retratos de sociedad (2008), el artista utilizó una pantalla verde para crear entornos grandiosos para mujeres de las altas esferas de la sociedad. Estos telones de fondo CGI aumentan el glamour de las mujeres interpretadas por Sherman, que están muy maquilladas. En su serie de murales de 2010, Sherman presentó a varios personajes diferentes contra un telón de fondo informatizado con pelucas inadecuadas, vestidos medievales y sin maquillaje, utilizando en su lugar Photoshop para alterar los rasgos faciales. En su serie de 2016 Flappers, el espectador se enfrenta a la vulnerabilidad del proceso de envejecimiento de las estrellas de Hollywood de los años 20, posando con ropa glamurosa de su mejor época y maquillaje exagerado. En 2017, Sherman comenzó a utilizar Instagram para subir retratos utilizando varias apps de alteración facial, transformando al artista en una plétora de protagonistas en escenarios caleidoscópicos. Desorientadores y perturbadores, los posts ponen de relieve la naturaleza disociativa de Instagram respecto a la realidad.
Cindy Sherman presenta un conjunto de 30 nuevas obras en Nueva York |
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