Un museo de Brasil, elInstituto Inhotim de Brumadinho, ciudad de cuarenta mil habitantes del estado de Minas Gerais, en las afueras de Belo Horizonte, ha inaugurado una galería permanente (la vigésima del instituto) dedicada a la artista japonesa Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929). En su interior, los visitantes podrán sumergirse en dos obras de la artista, I’m Here, But Nothing (2000) y Aftermath of Obliteration of Eternity (2009), que forman parte de la colección Inhotim, reunida a lo largo de los años por el coleccionista Bernardo Paz, que también adquirió Aftermath of Obliteration of Eternity el mismo año en que se realizó(I’m Here, But Nothing se compró en 2008).
Yayoi Kusama es una de las artistas más influyentes del arte contemporáneo mundial, reconocida por la diversidad de formatos y lenguajes que sustentan sus obras, en las que destacan sus instalaciones inmersivas, que invitan al público a adentrarse en un universo que agudiza la comprensión de lo que se considera realidad. El concepto de autoanulación impulsa el deseo de la artista de negar la existencia individual y fundirse con el infinito, y está presente en sus performances, pinturas, esculturas, instalaciones, obras literarias, películas y otros trabajos.
La inauguración de la Galería Yayoi Kusama, como ha sido rebautizada, “cumple una ambición artística central de Inhotim, que concierne a la obra de una artista que figura entre las más visionarias de nuestro tiempo”, afirma el cofundador de Inhotim , Allan Schwartzman. "Esta ocasión nos permite ofrecer una presencia permanente a 3 de las obras más icónicas del artista, con Narcissus Garden (1966-2009), también de la Colección Inhotim, completando la presentación del artista. Cada obra encarna una expresión ambiental distinta del universo creativo de la artista: la transformación óptica de una habitación oscura en un lugar psicológico de sobrecarga sensorial; una habitación contemplativa del infinito; y un jardín flotante suspendido compuesto por innumerables esferas metálicas que se ciernen sobre el paisaje natural de Inhotim. La Galería Yayoi Kusama encarna los elevados objetivos de Inhotim de proporcionar entornos únicos para la experiencia de obras de arte excepcionales a gran escala para un público amplio y diverso".
El diseño arquitectónico de la Galería Yayoi Kusama ha corrido a cargo de los arquitectos Fernando Maculan (MACh) y María Paz (Rizoma). Abarca una superficie de más de 1.400 metros cuadrados situados en la Senda de los Naranjos, cerca de la Galería Cosmococa y del Jardín de la Senda. “Dada la importancia de la obra de Yayoi Kusama y su conocido atractivo para un público amplio, el diseño de la galería ofrece un amplio espacio de espera y preparación”, explican los arquitectos. El paisaje de la Galería Yayoi Kusama se caracteriza por un sinuoso camino de piedras que descubre al público las curvas de la galería, despertando la curiosidad de los que llegan. El proyecto paisajístico fue realizado por Juliano Borin, conservador botánico del Inhotim, Geraldo Farias, del equipo del Jardín Botánico del Inhotim, con la contribución de Bernardo Paz. Un jardín tropical multicolor, con un toque de psicodelia, sirve de inspiración para el jardín diseñado, donde se plantaron más de 4.000 bromelias.
Las obras I’m Here, But Nothing y Aftermath of Obl iteration of Eternity son dos instalaciones a gran escala que cuestionan las nociones de permanencia y fugacidad, fusionando al individuo con el todo y cambiando la forma de percibir el espacio. La primera, bañada en luz negra, es un entorno doméstico ordinario que brilla con innumerables puntos de luz de colores. Los muebles y objetos que componen I’m Here, But Nothing son los que se encuentran en cualquier hogar, como un sofá, un televisor, una mesa, sillas, marcos de cuadros, alfombras y otros objetos decorativos. Los puntos fluorescentes son pegatinas repartidas por las paredes, todos los objetos, el techo y el suelo. Bajo la luz negra (UV-A, ultravioleta), estos puntos de colores brillan ante la mirada del espectador, transformando el espacio, activando la percepción y, en cierto modo, llenando un vacío. La obra también puede percibirse como parte del concepto de auto-anulación del artista, es decir, la disolución del espectador en el propio entorno (lo que, para algunas personas, puede aportar una sensación de seguridad al estar en contacto con objetos y muebles reconocibles, mientras que para otras puede suponer un sentimiento más relacionado con la ausencia, como sugiere el título de la obra).
Aftermath of Obliteration of Eternity (2009) se basa en los principios de la filosofía de autodestrucción del artista, el deseo de negar la propia existencia uniéndose al infinito, como parte de un todo. En este entorno inmersivo, la propuesta es transportar al espectador a un universo completamente diferente, un cosmos trascendental. La apariencia de la obra evoca un espejismo continuo iluminado por linternas, que se desvanece a medida que nuestra percepción se aleja de la realidad. En la tradición japonesa, este tipo de iluminación está vinculada a la espiritualidad, a la conexión con los antepasados.
“En ambas obras, con apariencias distintas, Yayoi Kusama se apoya en el concepto de auto-anulación, que la artista ha investigado en su obra durante muchas décadas. La idea es pensar en la disolución del individualismo, buscando una comunión con lo universal, difuminando los límites de lo que es obra de arte, espacio, cuerpo y paisaje”, explica Douglas de Freitas, comisario de Inhotim. "En I’m Here, But Nothing un espacio doméstico reconocible es el punto de partida para una alteración de la percepción del espacio a través de la luz y las pegatinas de lunares en tinta fluorescente. En Aftermath of Obliteration of Eternity, el artista crea un espacio opuesto al reconocible en la otra obra. El juego de espejos y luz crea un cosmos, una imagen del vacío que se ilumina gradualmente y se refleja infinitamente".
La galería abre todos los días de 10.00 a 16.00 horas (hasta las 17.00 horas los sábados, domingos y festivos): para Estoy aquí, pero nada la visita puede realizarse en grupos de un máximo de ocho personas que permanecen en la sala de uno a tres minutos, mientras que Aftermath of Obliteration of Eternity puede visitarse individualmente (o en parejas o en tríos, lo decide cada visitante) y se permite un máximo de un minuto (máximo 30 personas por hora), y para entrar se requiere una contraseña que se asigna con la entrada.
Brasil, museo de arte contemporáneo abre una galería inmersiva dedicada a Yayoi Kusama |
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