El proyecto del Pabellón de Luxemburgo en la 59ª Bienal de Venecia se titula Faraway So Close. Se trata de una exposición de Tina Gillen (Luxemburgo, 1972), elegida como la única artista que representará al Gran Ducado de Luxemburgo en la Bienal. La exposición ha inspirado a la artista para crear una nueva serie de cuadros de gran formato: la instalación pictórica cobra vida en el Pabellón de Luxemburgo, dentro de las históricas salas de la Sale d’Armi, en el Arsenale, que se convierten en una pista para explorar los vínculos entre el espacio interior y el mundo exterior.
Utilizando principalmente el medio de la pintura, la obra de Tina Gillen investiga las relaciones que mantenemos con el mundo que nos rodea y lo hace centrándose especialmente en temas relacionados con el paisaje y lavida. Los cuadros de Gillen suelen tener su origen en imágenes fotográficas que la artista modifica, simplifica, “traduce” pictóricamente y asocia con otros elementos para llegar a composiciones que mantienen cierta ambigüedad entre abstracción y figuración, construcción e improvisación, superficie del lienzo y traslación del espacio. De sus cuadros emana una densa atmósfera que envuelve formas tomadas de la vida cotidiana en un velo de misterio y extrañeza. Faraway So Close es el proyecto de Tina Gillen para el Pabellón de Luxemburgo diseñado para la Sale d’Armi, cuya historia se remonta al siglo XV y cuyo uso como depósito de armas les vincula al pasado militar de Venecia. “En lugar de optar por una escenografía en el sentido más clásico del término, es decir, como la construcción de una arquitectura, de muros provisionales”, Gillen decidió trabajar “con el espacio”.
La exposición reúne ocho grandes lienzos alojados en un dispositivo escénico inspirado en los telones de fondo pintados de las películas, “como si las obras”, dice el artista, “estuvieran allí sólo temporalmente, a la espera de ser trasladadas y reubicadas de nuevo... como un decorado todavía en proceso de creación”. En este sentido, Faraway So Close representa una extensión de las reflexiones que han guiado el trabajo de Tina Gillen durante la última década sobre cómo la pintura se relaciona con el espacio. Como en muchas de las exposiciones anteriores, las formas de presentación de las obras se convierten en parte integrante de la obra y punto de partida de una experiencia estética que se extiende por todo el espacio.
Los temas de las pinturas reflejan las recientes investigaciones de Gillen sobre fenómenos naturales que escapan al control humano, como los fenómenos meteorológicos, el aumento del nivel del mar y la actividad volcánica. En conjunto, las obras pretenden evocar los cuatro elementos históricamente asociados a la formación del universo (tierra, agua, fuego y aire), así como las manifestaciones de perturbación causadas por la actividad humana, haciéndose eco de lo que la escritora francesa Marielle Macé describe como “paisajes inciertos”. “Vivir en un mundo dañado”, escribe Macé, “significa en esencia vivir en paisajes inciertos, marañas de líneas de vida y líneas de muerte; significa vivir con residuos, fantasmas, seres híbridos, venenos y peligros, pero también con sueños, deseos, invenciones, prácticas vitales, ya que ’la vida siempre inventa’”. Gillen se hace eco de esta ambivalencia en muchos de los cuadros de la exposición. Por ejemplo, en el monumental Sunshine III (2022), un conjunto de formas esquemáticas negras y amarillas se despliega por el espacio del lienzo a partir de un núcleo situado en la parte inferior del cuadro. La obra evoca el sol y los rayos que emanan de él, pero también puede interpretarse como una explosión que irrumpe en el espacio expositivo.
Power II (2022) combina una red de finas líneas y rayas que recuerdan el contorno de una torre eléctrica con un fondo atmosférico que sugiere la imagen de un horizonte lejano. Por último, tres pinturas que comparten el mismo título, Sealevel (IV, V y VI, 2022), reflejan problemas contemporáneos causados por el cambio climático. En el centro de la instalación se encuentra Shelter (2022), un elemento escultórico cuya forma se inspira en una cabaña junto al mar que el artista descubrió en la Côte d’Opale, en el norte de Francia, y que ya representó en una pequeña pintura sobre papel, titulada Shelter (2018). En esta obra, la casa se representa flotando en un espacio abstracto y etéreo, “como si su entorno hubiera sido borrado, arrastrado por el agua”. Trasladada al espacio expositivo y puesta en relación con los cuadros, esta forma se convierte para la artista en un espacio polisémico, que sirve a la vez de lugar de retiro y de puerta al mundo, de refugio y de espacio atravesado por multitud de informaciones. Faraway So Close habla de la complejidad de las relaciones que tejemos entre nuestros espacios interiores y el mundo exterior, entre la proximidad y la distancia.
Tina Gillen (1972, Luxemburgo) ha presentado su obra en exposiciones individuales en Bozar de Bruselas (2015), Mudam Luxenbourg (2012) y M Museum de Lovaina (2010). Su obra también se ha presentado en numerosas exposiciones colectivas celebradas en Mudam Luxenbourg (2018, 2010, 2009), Künstlerhaus Bethanien de Berlín (2012), Netwerk Aalst (2012), Mu.ZEE de Ostende (2010), Wiels de Bruselas (2009), M HKA de Amberes (2007) y Platform Garanti de Estambul (2004). Sobre su obra se han publicado dos monografías, Echo (MER. Paper Kunsthalle, 2016) y Necessary Journey (Hatje Cantz, 2009). Vive y trabaja en Bruselas. Para la Bienal de Venecia, Faraway So Close, de Tina Gillen, fue seleccionada a través de un concurso organizado por el Ministerio de Cultura y el Mudam. El jurado estuvo compuesto por Suzanne Cotter (directora del Mudam 2018-2021, presidenta), Kevin Muhlen (director del Casino Luxembourg - Forum d’art contemporain), Anke Reitz (conservadora de las Steichen Collections- CNA de Clervaux), Dirk Snauwaert (director del Wiels de Bruselas), Lorenzo Benedetti (conservador del Kunstmuseum St.Gallen), Michelle Cotton (Jefa del Departamento de Programación Artística y Contenidos del Mudam) y Christophe Gallois (comisario, Jefe de Exposiciones del Mudam).
La exposición va acompañada de un catálogo que incluye contribuciones inéditas de Jean-Philippe Antoine, Marielle Macé y Eva Wittocx y una conversación entre Tina Gillen y Christophe Gallois, comisario de la exposición.
Bienal de Venecia, el Pabellón de Luxemburgo habla de proximidad y distancia |
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