Bérgamo, GAMeC lleva una compleja instalación de Anri Sala al interior del Palazzo della Ragione


Time No Longer es el título de la instalación de Anri Sala que la GAMeC de Bérgamo lleva al Palazzo della Ragione, sede en la que el museo lombardo expone por quinto año consecutivo una obra de un artista contemporáneo.

La GAMeC - Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea di Bergamo abandona su edificio y, por quinto año consecutivo, vuelve a los locales del Palazzo della Ragione, en el centro de la ciudad antigua, con una nueva exposición: el protagonista es Anri Sala (Tirana, 1974), el célebre artista de origen albanés que, a partir de su más reciente instalación audiovisual, Time No Longer, activa un diálogo con la Sala delle Capriate.

Reafirmando una modalidad operativa ya experimentada en otras ocasiones, Sala ha interpretado el contexto arquitectónico del Palazzo della Ragione “no como un simple contenedor, sino como un órgano activo”, según explica él mismo. Para el artista, todo espacio físico puede llevar consigo valores y recuerdos que, de vez en cuando, la interacción con la obra de arte puede reactivar. En el caso de la Sala delle Capriate, esta dinámica encuentra un desarrollo ulterior (una especie de amplificación del efecto) en relación con la historia secular del edificio: se trata, en efecto, del primer Palazzo Comunale de Italia, transformado en Palacio de Justicia con el advenimiento de la República de Venecia.



Proyectado en una pantalla flotante de 16 metros de largo, Time No Longer se centra en la imagen de un tocadiscos flotante en una estación espacial. Anclado únicamente al cable de alimentación eléctrica, el tocadiscos reproduce un nuevo arreglo de Cuarteto para el fin del tiempo, composición del músico francés Olivier Messiaen, considerada la obra musical más famosa compuesta en cautividad. Durante la II Guerra Mundial, Messiaen (1908-1992) fue capturado en Verdún y hecho prisionero en un campo alemán. Fue durante ese tiempo cuando escribió Cuarteto para el fin del tiempo, presentándolo por primera vez en 1941 (junto con tres músicos que también eran prisioneros) ante una audiencia formada únicamente por prisioneros y guardias. En particular, para la creación de El tiempo ya no, Sala se inspiró en el único movimiento solista del cuarteto, “El abismo de los pájaros”, escrito para clarinete e interpretado por su compañero de prisión y músico argelino Henri Akoka.

La dimensión de soledad y constricción del clarinete de Henri Akoka tiene su eco en la historia del saxofón de Ronald McNair. En 1986, McNair, uno de los primeros astronautas negros en llegar al espacio, y al mismo tiempo saxofonista profesional de talento, planeaba tocar y grabar un solo a bordo del transbordador espacial Challenger. Habría sido la primera pieza musical original grabada en el espacio si la nave no se hubiera desintegrado segundos después del despegue, matando trágicamente a todos los astronautas a bordo. Joya de la tecnología, el transbordador se manifiesta en su trágica fragilidad, evocando la vulnerabilidad de la condición de prisionero de Messiaen.

Con la colaboración del músico André Vida y del diseñador sonoro Olivier Goinard, Anri Sala crea así un dúo entre dos voces instrumentales: una performance sin intérprete donde el clarinete, por momentos, se mezcla con el saxofón, uniendo dos momentos distantes en la historia y en el tiempo, pero unidos por un profundo sentimiento de soledad y al mismo tiempo de determinación y voluntad. La composición musical constituye una banda sonora de intención, que alude a la grabación prevista pero nunca realizada por McNair.

La proyección suspendida y la oscuridad de la Sala delle Capriate pretenden evocar la ausencia de luz y gravedad en el universo, la dimensión de vacío en la que flota el tocadiscos. En la sala, la oscuridad se ve interrumpida a veces por destellos de luz procedentes de unas lámparas situadas al fondo de la pantalla que, siguiendo el ritmo de la música, iluminan la sala y, con ella, las pinturas y frescos de las paredes. Los personajes representados, entre ellos la Virgen María y los santos patronos de la ciudad, Alejandro y Vicente, así como la figura de la Justicia, y en particular los cuatro ángeles músicos que, atentos a tocar sus instrumentos (una viola, una corneta, una flauta y un órgano), parecen conversar con los cuatro músicos del Cuarteto para el fin de los tiempos para ser testigos de una humanidad desaparecida, enlazando diferentes temporalidades que abarcan el pasado, el presente y el futuro. A la deriva en el espacio infinito, mientras se suceden 16 amaneceres y 16 atardeceres, el tocadiscos quiere así encontrar la manera de permanecer anclado en el tiempo y la historia, aunque también sea prisionero de su propia soledad, como McNair y Messiaen.

Imagen: Anri Sala, Time No Longer (2021; imágenes HD generadas por ordenador de cuatro canales y sonido de cinco canales, color, pantalla translúcida, altavoces generadores de impulsos, iluminación dinámica, duración 13’). Foto Markus Tretter, © Anri Sala, vista de la instalación en la Kunsthaus Bregenz (2021)

Bérgamo, GAMeC lleva una compleja instalación de Anri Sala al interior del Palazzo della Ragione
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