Un centro de arte y artesanía en las montañas del Valle Camonica: se trata de Ca’ Mon - Centro Comunitario de Arte y Artesanía de Montaña, inaugurado este verano (abrió sus puertas el 17 de julio) en Monno, en el Alto Valle Camonica, cuya idea maduró en el marco del proyecto La ragione nelle mani (La razón en las manos) del artista Stefano Boccalini (Milán, 1963), ganador de la octava edición de la convocatoria del Consejo Italiano, programa de apoyo alarte contemporáneo italiano en el mundo promovido por la Dirección General para la Creatividad Contemporánea del entonces MiBACT, Ministerio de Bienes y Actividades Culturales y Turismo.
Stefano Boccalini y el Distretto Culturale della Valle Camonica colaboran desde hace varios años, y la exposición La ragione nelle mani (en Ginebra, Musée d’Art et d’Histoire, del 1 de abril al 27 de junio de 2021, comisariada por Adelina von Fürstenberg, catálogo Archive Books) es la primera de una serie de iniciativas que forman parte del proyecto del mismo nombre, realizado en colaboración con importantes socios culturales (y que Boccalini está llevando de gira por toda Europa); el Musée Maison Tavel-Musée d’Art et d’Histoire (Ginebra), sede de la exposición, la Art House de Shkodër (Albania), el Sandefjord Kunstforening de Sandefjord (Noruega), la Fondazione Pistoletto Onlus de Biella, la Accademia Belle Arti de Bolonia, el MA*GA - Museo Arte Gallarate y la GAMeC Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea de Bérgamo. Tras traer a Europa los signos de Valle Camonica, la obra diseñada por Boccalini, compuesta por diversos artefactos, pasará a formar parte de la colección de la GAMeC. La idea del proyecto surge de la relación que Boccalini ha construido con Valle Camonica desde 2013: a partir de una residencia sobre el tema del agua, el artista conoció mejor este espléndido lugar de los Alpes lombardos que en el pasado solo frecuentaba como turista. A lo largo de los años, Valle Camonica se ha convertido en un punto de referencia para su obra: aquí ha trabajado con diversas comunidades, instituciones locales y artesanos, creando una estrecha relación de trabajo que le ha permitido producir numerosas obras.
De esta experiencia y de estos encuentros surgió la idea de crear un Centro Comunitario de Arte y Artesanía de Montaña. Ca’Mon es un centro de intercambio entre saberes intelectuales y manuales, creado para activar una confrontación con el territorio, artistas, autores e investigadores serán acogidos en residencia. Ca’Mon es también un lugar de formación, dotado de espacios-taller donde trabajarán artesanos, artistas y jóvenes del valle.
A través de su restauración y refuncionalización, el espacio se ha convertido en un hogar para los conocimientos arraigados en la tradición de Mon (incluidos los vinculados a los típicos “pezzotti” de Mon), pero también pretende ser un centro de experiencia en el que transmitir esos mismos conocimientos a las nuevas generaciones y compartir la memoria común de toda una comunidad. Ca’ Mon acogerá artistas, diseñadores y, en general, autores e investigadores en residencia para activar una confrontación con el territorio. Además, será un lugar de encuentro abierto a toda la comunidad de Monno, y más allá, donde compartir experiencias y cimentar relaciones a través del “hacer”. Ca’Mon es un proyecto deseado por el municipio de Monno junto con la Comunità Montana di Valle Camonica y la cooperativa social ’Il Cardo’ de Edolo, posible gracias a la financiación de la Fundación CARIPLO en el marco de la convocatoria ’Beni Aperti’ (Bienes Abiertos).
“La artesanía de Valle Camonica”, explican Sergio Cotti Piccinelli y Giorgio Azzoni, director del Distretto Culturale di Valle Camonica y director del evento de arte público aperto_art en la frontera, respectivamente, "se ha traducido no sólo en concepción y experimentación artística, sino también en un espacio de puesta en común e intercambio profesional. La colaboración en la producción artística ha sido operativa y cotidiana hasta tal punto que ha desembocado en la concepción de un Centro Comunitario de Arte y Artesanía de Montaña situado en Monno -un pequeño pueblo de unos quinientos habitantes en la parte alta del valle-, donde incubar y hacer crecer una nueva forma de hacer arte y artesanía juntos. de hacer arte y artesanía juntos y donde sería posible conectar el sentido territorial con la dimensión internacional, implicando a los jóvenes en cursos de formación en los que podrían interactuar tanto con la tradición como con la contemporaneidad, para favorecer nuevas direcciones de crecimiento del territorio y nuevas economías sostenibles, respetuosas con la biodiversidad. Es en relación con el nacimiento de este nuevo Centro, del que Stefano Boccalini se ha identificado como director artístico, que se ha intensificado el vínculo entre el artista y el territorio de Valle Camonica, hasta la puesta en común del proyecto La ragione nelle mani (La razón en las manos).
“El proyecto”, señala Adelina von Fürstenberg, "nace de una convicción constructiva que identifica la tradición artesanal de Valle Camonica como punto de origen de una verdadera experiencia estética. Es el tipo de experiencia que ya buscaban los artistas de la Bauhaus cuando en 1919 Walter Gropius, deseoso de poner en diálogo el arte con la estética artesanal, subrayó en el manifiesto inaugural de la Bauhaus: ’¡Arquitectos, escultores, pintores, debemos volver a la artesanía! El funcionalismo racional es técnica. El funcionalismo irracional es arte", escribió Josef Albers (1937) para subrayar exactamente esta intersección de conocimientos. Así pues, para Boccalini, el arte se manifiesta a través de la conciencia, los conceptos y las emociones, mientras que los artesanos del Valle Camonica, con su técnica y su savoir faire centenarios, bordan, tallan, tejen y urden las palabras intraducibles del artista, revelando así la razón que vive en sus manos".
“Stefano Boccalini, pragmáticamente, busca el renacimiento de las técnicas artesanales”, afirma Ivan Bargna, profesor de Antropología Estética y Antropología de los Medios de Comunicación de la Universidad de Milán-Bicocca, “para que vuelvan a ser artesanía”. Así, en el proyecto que promueve, cada maestro está flanqueado por aprendices: los artesanos transmiten su saber hacer a los jóvenes, mientras que el artista prefigura y sugiere nuevas posibilidades creativas que permitan afrontar los retos de la contemporaneidad sin tener que rendirse a la lógica del mercado. El suyo es un camino muy estrecho: si este intento puede tener alguna posibilidad de éxito, dar algún tipo de sustento a los individuos y, al mismo tiempo, contribuir a cambiar el planeta, es porque se apoya en la in-actualidad de la artesanía, convirtiéndola en el modelo posible de una relación ecológicamente sostenible con el mundo".
“Ca’ Mon”, subrayó Boccalini, “se convertirá también en un lugar donde las comunidades podrán reconocerse y donde será posible sacar a la luz todos los temas ligados al pasado, útiles para la construcción del futuro y momentáneamente marginados, que aquí podrán encontrar las condiciones para regenerarse y adoptar nuevas formas: se abre la posibilidad de un laboratorio permanente de experimentación e investigación que, partiendo de una condición local, quiera contrastar la cultura de la diversidad y la biodiversidad con la homologación a la que tiende la sociedad contemporánea dominante”. El objetivo, concluye el artista, “es la transmisión del conocimiento, según una lógica de compartir por la que las tradiciones no adquieren un sentido nostálgico, sino que se convierten en la puerta de entrada al futuro, un ’lugar’ de experimentación para imaginar nuevos escenarios”.
El proyecto La ragione nelle mani (La razón en las manos) se mueve en dos niveles, el del lenguaje y el del conocimiento artesanal, a través de la implicación de la comunidad local. Se trata de una gran obra compuesta por siete artefactos realizados en Valle Camonica por cuatro artesanos, cada uno de ellos asistido por dos jóvenes aprendices. Los ocho “aprendices” fueron seleccionados a través de una convocatoria pública, promovida por la Comunidad de Montaña y dirigida a jóvenes del valle interesados en abordar prácticas artesanales pertenecientes a la tradición camonica: tejido pezzotti, tejido en madera, bordado y talla en madera. Estas formas artesanales, que históricamente desempeñaron una función de primera importancia en el tejido social y cultural del valle, luchan hoy por resistir los cambios impuestos por la modernidad y pocos conocen aún las técnicas antiguas. “Vivimos en una época”, afirma Boccalini, “en la que la palabra se ha convertido en un verdadero instrumento de producción y captación de valor económico, y ha adquirido una dimensión cada vez más importante en el contexto social. A través de su uso, intento devolver un peso específico y un valor colectivo al lenguaje, que para mí es el ìlugarî donde la diversidad adquiere un papel fundamental, convirtiéndose en el medio con el que contraponer el valor económico al valor ìde lo comúnî”.
La razón en las manos arrancó con un taller en el que participaron todos los niños de Monno, a los que se explicó el significado de un centenar de palabras intraducibles (ya que no tienen correspondencia y, por tanto, sólo pueden explicarse) que están presentes en muchas lenguas. Junto con los niños, se eligieron unas veinte palabras que identifican la relación entre el hombre y la naturaleza y entre los seres humanos. A continuación, las palabras se presentaron a los artesanos para ver cuáles serían las más adecuadas para ser transformadas por sus manos en artefactos artísticos. Se eligieron nueve, que se convirtieron en el material sobre el que trabajaron los artesanos con los aprendices. Las palabras, que se explicarán aquí en breves expresiones, son Anshim (“Sentirse en armonía con uno mismo uno mismo y con el mundo”, coreano), Balikwas (“Abandonar la zona de confort”, filipino), Dadirri (“Contemplación tranquila y escucha profunda de la naturaleza”, lenguas aborígenes australianas), Friluftsliv (“Conectar con el medio ambiente y volver al vínculo biológico entre el hombre y la naturaleza”, noruego), Gurfa (“elagua que uno puede tener en la palma de la mano como metáfora de algo muy preciado”, árabe), Ohana (“la familia que incluye a los amigos y no deja a nadie atrás”, hawaiano), Orenda ("la capacidad humana de cambiar el mundo contra capacidad humana de cambiar el mundo contra un destino adverso’, lenguas nativas norteamericanas), Sisu (’la determinación de buscar el bienestar en la vida cotidiana’, finlandés), Ubuntu (’soy quien soy en virtud de lo que todos somos’, lenguas sudafricanas). “Si la lengua es un bien común”, comenta el economista Christian Marazzi, “entonces corresponde a la comunidad ocuparse de ella. Está en juego la salud de la comunidad de hablantes, sus acciones comunicativas y relacionales, su propia facultad lingüística. Cuidar el lenguaje significa devolver cosas a las palabras, rehacer las palabras con cosas, darles consistencia comunitaria. No es una cuestión de materialidad sino de socialidad, de reconstruir la trama que teje la comunidad a través de las múltiples formas de hacer, que han dado cuerpo a la lengua como bien común”.
La obra consta de un bordado de “punto de talla” blanco sobre blanco con tres palabras, montado como un cuadro; dos piezas de nogal tallado que presentan dos palabras; cinco artefactos de madera de avellano tejida, realizados con la técnica empleada para crear cestas y alforjas, que juntos forman una sola palabra; tres pezzotti, alfombras realizadas con telas tejidas a mano, cada una de las cuales reproduce una palabra. “La ejecución de la obra de Boccalini no es un asunto menor”, explica Adelina von Fürstenberg. “Las obras no se realizan simplemente siguiendo instrucciones dadas a priori, sino que son ejecutadas por el propio artista junto con los artesanos, implicados en un intercambio de conocimientos entre la poética del trabajo y la tradición artesanal, incorporando sus conocimientos a la práctica artística y pedagógica. En esto, Boccalini se inscribe plenamente en la tradición del Arte Povera, un arte que no interpreta sino que simplemente percibe el flujo de la vida y el entorno, utilizando materiales que hasta entonces nunca se habían tenido en cuenta, y centrándose no tanto en la obra de arte como en el propio proceso de creación. En la obra de Boccalini, sin embargo, a través de la investigación y la elección de palabras intraducibles, crea una biodiversidad de conceptos a partir de minorías lingüísticas. Las obras derivan exclusivamente de la importancia del significado de la palabra utilizada, y los medios materiales y artesanales con los que se ejecutan desempeñan un papel crucial”.
“El resultado de todo este trabajo”, concluye Boccalini, “no son sólo las obras, sino también el proceso que ha llevado a su construcción. Un proceso que ha vuelto a poner en circulación los conocimientos y prácticas ligados a la tradición del valle, pero con nuevas perspectivas y conciencias”.
Arte para revivir la artesanía en Val Camonica: la experiencia de Stefano Boccalini |
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