En el Castello Sforzesco de Milán ha concluido la restauración de una importante obra de terracota del Renacimiento lombardo, la Virgen con el Niño, Santa Catalina de Siena y un prior cartujo, atribuida a Giovanni Antonio Amadeo (Pavía, 1447 - Milán, 1522) y a su taller. La obra ya ha sido trasladada a la sala XI del Museo de Arte Antiguo.
La terracota, dicen los Museos e Institutos del Castello Sforzesco, fue sometida en primer lugar a diversos análisis diagnósticos y estudios preliminares, realizados por el Departamento de Química de la Universidad de Milán (profesora Paola Fermo), el Laboratorio de Restauración ICAR19 del Departamento de Bienes Culturales de la universidad milanesa y el Departamento de Química de la Universidad de Pavía (profesor Marco Malagodi). Los análisis eran necesarios para proceder posteriormente a la eliminación de la espesa pátina oscura que enturbiaba la superficie de la obra, con el fin de recuperar los colores originales y los preciosos materiales utilizados. La eliminación gradual de la pátina reveló una rica y vibrante gama de colores: desde el rojo brillante del manto de la Virgen y el cojín del Niño, hasta el blanco del hábito del monje cartujo, el velo de Santa Catalina y el manto del Niño. La pátina que se había depositado en la superficie de la terracota había vuelto los colores casi irreconocibles.
La limpieza llevada a cabo por los restauradores encargados de la intervención, Mario Colella y Silvia Marchioron, del Centro de Estudios y Conservación Piccolo Chiostro, puso de manifiesto los claros tonos de la carne de los personajes y las diferentes expresiones de sus rostros, que antes se habían perdido por completo y que ahora permiten una visión y una lectura completamente diferentes de la obra. Sin embargo, según el museo, la verdadera sorpresa fue el descubrimiento del color utilizado para confeccionar el velo de la Virgen: el verde, una elección cromática inusual, yuxtapuesta al azul tradicional del manto.
Gracias a los análisis y mediciones efectuados en la obra, los restauradores descubrieron que los pigmentos utilizados eran los originales, de hecho en uso en los talleres de arte lombardos del siglo XVI, por lo que se pudo comprobar que la obra conserva casi toda su policromía original. Gracias a la restauración de la obra atribuida a Giovanni Amadeo, también es posible apreciar el uso del oro para los cabellos del niño y para los mechones del rostro de la Virgen, así como admirar la decoración en pan de oro puro del fondo, donde destacan las cartelas, una vez más legibles.
Imagen (antes y después de la restauración): Atribuida a Giovanni Antonino Amadeo y taller, Virgen con el Niño, Santa Catalina de Siena y un prior cartujo (c. 1470; terracota policromada; Milán, Museo d’Arte Antica del Castello Sforzesco).
Sorprendente restauración en el Castello Sforzesco: la terracota renacentista revela sus colores |
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