El precioso retablo de la Deposición de Cristo, una obra maestra del siglo XVI de Rosso Fiorentino ( Giovanni Battista di Jacopo; Florencia, 1494 - Fontainebleau, 1540), ha regresado finalmente a Sansepolcro después de siete años, durante los cuales se sometió a una importante restauración en el Opificio delle Pietre Dure de Florencia. El proyecto de restauración de la tabla de Rosso Fiorentino se inició en 2014 con motivo de la gran exposición Pontormo y Rosso Fiorentino. Divergenti vie della “maniera”, celebrada en el Palazzo Strozzi de Florencia. Durante la exposición, la diócesis de Arezzo-Cortona-Sansepolcro y la Superintendencia de Siena, Grosseto y Arezzo pusieron de relieve el grave estado de la película pictórica. La principal crítica residía en los numerosos levantamientos extendidos por toda la superficie, causados por la excesiva rigidez del soporte de madera, consecuencia de una restauración anterior que data probablemente de finales del siglo XVIII o principios del XIX, tras el terremoto que asoló Sansepolcro en 1789. Tras aquella catástrofe, se añadieron cinco travesaños de madera de álamo atornillados al soporte, lo que dificultó el movimiento natural de la madera y provocó levantamientos en el cuadro.
Tras la clausura de la exposición en 2015, la obra fue devuelta a Sansepolcro y, gracias a la disposición del Opificio delle Pietre Dure de Florencia para llevar a cabo la restauración en sus laboratorios y a la voluntad expresada por la Oficina del Patrimonio Cultural de la Diócesis, se iniciaron los trámites necesarios entre las instituciones implicadas. El 20 de enero de 2016, la delicada pintura fue trasladada sana y salva al laboratorio de restauración de la Fortezza da Basso de Florencia, donde fue restaurada con esmero y dedicación. Como es habitual en el Opificio, los trabajos sobre la obra maestra de Rosso Fiorentino estuvieron precedidos de una minuciosa campaña de diagnóstico que permitió conocer las técnicas de ejecución y los materiales utilizados, tanto los originales como los empleados en restauraciones anteriores. Los trabajos pueden volver ahora a la iglesia de San Lorenzo, el lugar que ha albergado la Deposición durante siglos.
Inicialmente, la intervención se centró en la estructura de la tabla, con la retirada mecánica de la mampostería y de los cinco travesaños no originales. Tras la restauración completa del soporte de madera, se restauraron los dos travesaños originales mediante el uso de un sistema de muelles para controlar y seguir los movimientos naturales de la madera con el paso del tiempo.
A continuación se inició la restauración de las capas pictóricas. Antes de la fijación del color, se realizó una limpieza inicial para eliminar las gruesas capas de pintura no original. La limpieza propiamente dicha se llevó a cabo en varias etapas, ya que la obra presentaba numerosas pátinas y repintes causados por antiguas restauraciones que habían comprometido más de una cuarta parte de la superficie pintada. Además, había numerosos goteos y retoques alterados. Las lagunas, debidas principalmente a prácticas devocionales, no eran de gran tamaño, pero aún así afectaban a partes figurativas significativas. Tras el enlucido y la restauración de la superficie, se llevó a cabo una cuidadosa integración del color mediante una esmerada selección de los pigmentos, mientras que las abrasiones difusas se atenuaron mediante una ligera veladura. La restauración, que tuvo que tener en cuenta los complejos retos impuestos por la pandemia, se completó en mayo de 2023, permitiendo que la Deposición de Cristo de Rosso Fiorentino volviera a su lugar de origen en Sansepolcro, restaurada y preservada para las generaciones futuras.
La Deposición de Sansepolcro es una obra maestra de Giovan Battista di Jacopo, conocido como Rosso Fiorentino. Realizada en Sansepolcro, esta obra tiene una importancia significativa en la carrera del artista, que encontró refugio en esta ciudad tras huir del Saqueo de Roma en 1527. Según el relato de Giorgio Vasari en Vidas, Rosso Fiorentino tuvo la oportunidad de trabajar en esta obra gracias a la generosa renuncia del pintor bitturgense Raffaellino del Colle. Este último, inicialmente encargado de pintar la Deposición por la Compagnia di Santa Croce “para que en aquella ciudad quedaran algunas reliquias suyas”, cedió la tarea a Rosso. Además, el obispo Leonardo Tornabuoni, con quien el pintor mantenía estrechos lazos profesionales y de amistad, favoreció su elección para este importante encargo.
Rosso Fiorentino ya había abordado el tema de la Deposición en la tabla de Volterra de 1521, pero la obra de Sansepolcro se distingue por un dramatismo más intenso y sombrío. Los críticos de arte reconocen en esta obra una expresión artística extraordinariamente poderosa, caracterizada por una profunda religiosidad personal influida por la naciente Contrarreforma y la tumultuosa situación política de la época, con Roma asediada por milicias y gobernantes.
La Deposición de Sansepolcro representa, pues, un ilustre ejemplo del vínculo entre la Valtiberina y Roma, influida por las tendencias figurativas modernas, como las obras tardías de Rafael y su escuela, así como por la potencia cromática y la majestuosidad de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
“El complejo trabajo de restauración ha permitido devolver la legibilidad completa a un texto fundamental en el desarrollo de la pintura manierista italiana temprana”, explica Sandra Rossi, Directora del Sector de Restauración de Pinturas Móviles del Opificio delle Pietre Dure. “Las investigaciones sobre la técnica pictórica del artista han revelado, en efecto, su expresividad y modernidad poco comunes: una pincelada caracterizada por un rayado en cruz continuamente quebrado, casi gráfico. También han aparecido detalles operativos interesantes, como el uso de la técnica llamada ”sparing“, que deja intencionadamente a la vista el fondo cromático marrón, convirtiéndolo en un elemento figurativo. Por último, la restauración ha revelado detalles conmovedores, como la presencia de una pequeña margarita en primer plano, que hacía tiempo que había dejado de ser visible debido al precario estado de la película pictórica”.
“Es un momento de gran satisfacción”, afirma monseñor Andrea Migliavacca, obispo de Arezzo-Cortona-Sansepolcro, "el regreso a Sansepolcro de la Deposición de Cristo de Rosso Fiorentino porque es el resultado de un trabajo sinérgico de varios organismos, en particular el Opificio delle Pietre Dure, la Superintendencia, el Ayuntamiento de Sansepolcro, la Diócesis, la parroquia, las asociaciones y todos los que han contribuido al éxito de este evento y de esta recuperación. Es un motivo de satisfacción y también significativo porque se reubica en la proximidad de la Semana Santa, que nos prepara para vivir el misterio de Cristo muerto y resucitado. Este cuadro, que nos presenta la deposición de Cristo, es una gran invitación a redescubrir la belleza del arte en nuestra diócesis y, al mismo tiempo, a vivirlo como una propuesta de meditación".
“Sansepolcro”, afirma Emanuela Daffra, superintendente del Opificio delle Pietre Dure, “a pesar de las pérdidas que ha sufrido a lo largo del tiempo, sigue teniendo la suerte de custodiar un extraordinario patrimonio de obras de arte colocadas en los lugares para los que fueron concebidas. Esto no debe darse por descontado y explica la particular satisfacción de volver a ver la pintura sobre tabla de Rosso dentro de su marco del siglo XVIII, sellando una colaboración con el Opificio delle Pietre Dure que ya es ”histórica" en términos de continuidad y calidad de los resultados, como demuestran los casos pierfranceschianos del Políptico de la Misericordia y la Resurrección".
“Este episodio”, comenta Gabriele Nannetti, Superintendente de Bellas Artes, Arqueología y Paisaje de las provincias de Siena, Grosseto y Arezzo, “es la confirmación de un modelo virtuoso de interacción entre las oficinas de la diócesis y las del Ministerio de Cultura, tanto en lo que se refiere alOpificio delle Pietre Dure, que opera en todo el país y tiene su sede en Florencia, el resultado también se logró gracias a un camino compartido y acompañado en todas las etapas”.
“Las exposiciones de arte, cuando tienen un alto valor científico, se convierten en iniciativas muy importantes”, subraya Serena Nocentini, de la Oficina Diocesana de Bienes Culturales. También deben considerarse acontecimientos importantes para la vida cultural de la diócesis y no sólo para la comunidad civil". Precisamente con ocasión de la exposición celebrada en el Palazzo Strozzi y en sinergia con nuestra Superintendencia, nació esta prestigiosa colaboración con el Opificio delle Pietre Dure. Gracias a su dedicación y habilidad, ha sido posible devolver a la comunidad la belleza y la fuerza expresiva de esta obra de valor incalculable. La Deposición de Rosso Fiorentino es una de las obras maestras más admiradas y estudiadas de nuestra diócesis, pero ante todo, utilizando las palabras de San Juan Pablo II sobre el arte sacro, “es una experiencia de universalidad. No puede ser sólo objeto o medio. Es una palabra primitiva, en el sentido de que es anterior y está en el fondo de cualquier otra palabra”. Y por esta misma razón, nuestra mayor alegría es que la obra haya vuelto a su iglesia original, porque cuando se dan las condiciones, las obras sagradas deben permanecer en su contexto’.
“El regreso de la obra representa un gran acontecimiento para la administración municipal y para toda la comunidad”, afirma Fabrizio Innocenti, alcalde de Sansepolcro. Se trata sin duda de una espléndida realidad, la de poder admirar de nuevo en nuestras latitudes la obra de Rosso Fiorentino tras el delicado trabajo de restauración que ha supuesto. Aprovecho la ocasión para agradecer a la Diócesis, el constante empeño de Monseñor Giancarlo Rapaccini y la generosa contribución de las asociaciones de la ciudad. El Ayuntamiento también ha desempeñado su papel, asignando la suma de 15 mil euros para la correcta iluminación del cuadro. De este modo, la Deposición de Rosso Fiorentino volverá a ser accesible en toda su belleza y encanto evocador, un enriquecimiento más del precioso patrimonio artístico que custodiamos en la ciudad y que forma parte de nuestro extendido museo".
Mientras tanto, en Sansepolcro, muchos ciudadanos expresaron la necesidad de realizar obras en el suelo de la iglesia, que en los años sesenta era de baldosas de cerámica azul. En respuesta a esta petición, la Diócesis inició el proceso de planificación y obtuvo la autorización de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Siena, Grosseto y Arezzo para sustituir el suelo por uno nuevo de terracota.
El coste total del proyecto asciende a 36.300 euros, tres cuartas partes de los cuales se sufragaron gracias a los recursos procedentes de las tasas de urbanización de edificios eclesiásticos. El resto, unos 8.000 euros, se recaudó mediante iniciativas de autofinanciación promovidas por la parroquia de la catedral de Sansepolcro y diversas asociaciones de la ciudad, como la Compagnia Artisti e Vivere a Sansepolcro, el Rotary Club Sansepolcro, el Lions Club Sansepolcro, Caserma Archeologica, Amici del Poliedro, Associazione Campanari, Gruppo Lunedì d’Estate, Gruppo Cavalieri del Trebbio, Teatro Popolare, Volontariato San Lorenzo, Gruppo Filarmonica y varios particulares.
Las obras fueron supervisadas por el arquitecto Andrea Mariottini, con la colaboración de David Tripponcini, y realizadas por la empresa Stema, de Nako Nasi. Para el nuevo suelo se utilizaron baldosas del Badie di Montefioralle, fabricadas artesanalmente y suministradas por la empresa Giorni Aldo, que amablemente patrocinó la intervención con su contribución técnica.
Además, con el consentimiento de la Superintendencia y gracias a la contribución de la comunidad local, el marco y las decoraciones de yeso del altar mayor que alberga el retablo de Rosso Fiorentino fueron mantenidos por la artista Rossana Parigi.
“Por fin se reabrirán las puertas de la antigua iglesia de San Lorenzo”, afirma monseñor Giancarlo Rapaccini, párroco de la concatedral de Sansepolcro. "Ciudadanos y turistas podrán admirar por fin el nuevo suelo de terracota artesanal de Impruneta y, sobre todo, extasiarse ante la maravillosa pintura de la Deposición de Cristo. Una obra de extraordinario valor artístico restaurada por el Opificio delle Pietre Dure de Florencia. Un regreso muy esperado por todos los habitantes de Biturgia. Fue emocionante ver cómo tantas asociaciones de la ciudad trabajaban para encontrar los fondos necesarios para devolver el cuadro al lugar que le corresponde. La parroquia, y yo personalmente, promovimos esta iniciativa sin encontrar resistencia. Fue bonito trabajar así, todos juntos, para enriquecer nuestra ciudad. Agradezco sinceramente a todos los que contribuyeron, con la esperanza de continuar en otras intervenciones. Quienes vengan a Sansepolcro, la ciudad de Piero della Francesca, deben llenarse los ojos de belleza. Y marcharse con la intención de volver".
Gracias al inestimable apoyo de la Administración Municipal de Sansepolcro, por fin fue posible revisar la iluminación de la iglesia. Aunque se había instalado hacía pocos años, se había revelado insuficiente para garantizar una lectura adecuada de la pintura. En consecuencia, se creó una mesa técnica formada por la diócesis, la parroquia y la administración municipal para diseñar un nuevo sistema de iluminación. La tarea de crear el nuevo sistema de iluminación se confió a la empresa Opera, gracias a la cual fue posible intervenir para mejorar el disfrute visual de la preciosa obra de arte de la iglesia de Sansepolcro.
Sansepolcro, la restauración de la Deposición de Rosso Fiorentino finaliza tras siete años |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.