Importante descubrimiento en Romaña: En Bagnara di Romagna (Rávena), un anticuario ha encontrado, en efecto, unaescultura inédita de Alfonso Lombardi (Ferrara, c. 1497 - Bolonia, 1537), el principal escultor del siglo XVI en Ferrara, también conocido como “Alfonso Cittadella” o “Alfonso da Ferrara”, a quien una leyenda difundida en elsiglo XIX le atribuye elogios incluso de Miguel Ángel (según el cual era “maravilloso en su trabajo que la tierra temblaba bajo sus manos en obediencia a él”), críticas y alabanzas de Giorgio Vasari, que no le apreciaba a nivel humano debido a su temperamento considerado frívolo y vanidoso, pero admiraba sus obras.
La obra descubierta, y ahora en el mercado del arte, es un San Jerónimo Penitente de arcilla y terracota de 48 centímetros de altura: actualmente se encuentra en Spilamberto (Módena), y fue hallada por un anticuario en Villa Morsiani, una residencia del siglo XV en Bagnara di Romagna. Una curiosidad particular: en abril de 1993 (es decir, hace exactamente treinta años), una famosa revista internacional de mobiliario, diseño y arquitectura, en un artículo dedicado a la residencia histórica de Romaña, en una secuencia fotográfica de los interiores, presentaba también la escultura de Lombardi, sin identificar a su autor y considerándola una escultura del siglo XVIII.
El historiador del arte David Lucidi, autor de una monografía específica en 2018 y experto que presentó el Salvator Mundi de Lombardi en el Tefaf de Maastricht, explicó recientemente en Spilamberto (en la galería de antigüedades ’Ossimoro’) que el San Jerónimo redescubierto muestra claros paralelismos con otras obras maestras de Lombardi contenidas, en particular, en la iglesia de San Petronio de Castel Bolognese. Aquí se presenta una figura del santo de cuerpo entero totalmente similar. La redescubierta en Villa Morsiani es, en cambio, de medio cuerpo, y le falta el brazo izquierdo, que se cree sujeta un crucifijo, mientras que en la mano derecha sostiene una piedra.
"Este San Jerónimo -dice Lucidi- pudo haber sido originalmente la parte superior de una estatua de cuerpo entero, o una figura de santo incorporada a un nicho, o un friso de santos en un gran retablo de terracota. Lo que es seguro es que esta manera rápida y dinámica de modelar muestra la mano del autor. Otro San Jerónimo ermitaño y penitente en el desierto se conserva en la Pinacoteca Nazionale de Faenza.
Lombardi también trabajó durante mucho tiempo en Bolonia. Suyo es, entre otros, el famoso grupo de la Lamentación sobre Cristo muerto de la catedral de San Pedro, suyo es el Hércules monumental del palacio de los Anziani. En Ferrara, el primer testimonio de Lombardi se documenta en mayo de 1517 con su participación en la decoración del palacio de la isla fluvial de Belvedere, también conocida como “il Boschetto”, (actual zona de la estación de ferrocarril) antigua zona de vigilancia militar transformada por Alfonso I en un espacio arquitectónico y naturalista principesco. El autor también intervino en la obra más representativa de la época, la ampliación de la residencia de Alfonso I en Via Coperta, donde trabajó junto a importantes artistas, entre ellos Dossi Dossi.
“Lo que emerge es el perfil”, concluye Lucidi, “de un artista que, sin haber cumplido aún los veinte años, tras la muerte de Antonio Lombardo en 1516, había asumido un papel protagonista en las obras de Este, también en virtud de su habilidad, celebrada por Vasari, en el arte del modelado en cera y terracota aplicado a la práctica de retratos de tamaño natural y a la medallística inspirada en la antigüedad”.
Romagna, una escultura inédita de Alfonso Lombardi descubierta |
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