Roma, la restauración de la Virgen de la Leche de Murillo revela otra pintura


En Roma, la restauración de la Madonna del Latte de Murillo en la Galería Corsini permitió descubrir otra obra oculta bajo la superficie pintada.

La restauración de la Virgen de la Leche, obra de hacia 1675 de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1618 - Cádiz, 1682), conservada en el Palacio Corsini de Roma, ha revelado algunos elementos sorprendentes. Los restauradores de las Gallerie Nazionali d’Arte Antica, tras someter el lienzo a diversas investigaciones diagnósticas (radiografía, reflectografía IR, análisis multiespectral, fluorescencia de rayos X) para preparar sulimpieza con el fin de eliminar el barniz oxidado y los retoques posteriores, descubrieron que bajo la figura de la Virgen hay una figura de un San Francisco en oración que fue repintada posteriormente, lo que demuestra cómo Murillo reutilizó para su Virgen de la Leche un lienzo pintado con anterioridad.

La reutilización de lienzos", explicó Alessandro Cosma, conservador de las galerías y responsable de la intervención, “no es nada nuevo, pero en este caso la excepcionalidad reside en el uso de partes pertenecientes a una figura anterior reutilizadas como base para la nueva pintura, como los pliegues del hábito del santo que forman el drapeado de la pierna de la Virgen”. Los técnicos prosiguen ahora su trabajo para averiguar si el lienzo puede albergar otras novedades, que tal vez iluminen aún más la historia del coleccionismo de la obra. Todos los descubrimientos y novedades serán objeto de una presentación en el Palacio Barberini en abril.

La Virgen de la Leche fue pintada hacia 1675 en Sevilla y, según la ficha de la página web del museo, “es uno de los mejores ejemplos de la habilidad de Murillo para representar temas religiosos en términos de ”narrativa familiar“ y simplicidad compositiva”. En efecto, el cuadro Corsini se construye en torno a las dos figuras de la Virgen y el Niño, representadas con esos rasgos casi “campesinos” que dieron a la obra su sobrenombre decimonónico, concentrando la mayor expresividad en los rostros y las miradas. El punto focal de la obra se convierte así en los ojos que miran intensamente al espectador, casi como si éste hubiera interrumpido el momento de la lactancia, al que aluden las vestiduras apenas retiradas del pecho de María, según una estrategia retórica que, tras el Concilio de Trento, tendió a hacer menos explícita esta tipología iconográfica". Gustave Flaubert también escribió sobre la obra tras verla durante una estancia en Roma en 1851: “Estoy enamorado de la Virgen de Murillo en la galería Corsini. Su cabeza me persigue y sus ojos pasan ante mí como dos linternas danzantes”.

La restauración fue iniciada el pasado mes de octubre por las Galerías Nacionales de Arte Antiguo, de las que forma parte la Galería Corsini junto con el Palacio Barberini, gracias a los fondos del museo y a la aportación de la recaudación obtenida con la venta de Vino Civitas, una iniciativa promovida por la Asociación Civita en colaboración con Tenuta Caparzo de Montalcino.

Imagen: Bartolomé Esteban Murillo, Virgen de la Leche, detalle (c. 1675; óleo sobre lienzo, 164 x 108 cm; Roma, Galería Corsini)

Roma, la restauración de la Virgen de la Leche de Murillo revela otra pintura
Roma, la restauración de la Virgen de la Leche de Murillo revela otra pintura


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