Han comenzado las obras de restauración del Baldaquino de la Basílica de San Pedro. La semana pasada se presentaron a la prensa los trabajos preliminares, y cuatro siglos después del inicio de la construcción del imponente monumento de Gian Lorenzo Bernini ( Nápoles, 1598 - Roma, 1680), realizado entre 1624 y 1635 por encargo del Papa Urbano VIII, han comenzado las obras, y ahora el Baldaquino lleva unos días oculto por andamios. Se trata, según explicó a Vatican News el ingeniero Alberto Capitanucci, responsable del área técnica de la Fabbrica di San Pietro, “de una gran obra, y lo es tanto desde el punto de vista de su significado histórico, como por sus dimensiones. Es como un edificio de diez plantas, de 30 metros de altura desde el sótano hasta la cruz”. El primer paso de las obras, que han comenzado hoy, es el acercamiento con los trabajos provisionales a las superficies que se están restaurando. El andamiaje ya ha alcanzado dos tercios de la altura total y envuelve, sin tocarlo, todo el perímetro del Baldaquino".
Se decidió, dijo Capitanucci, “crear y mantener libre el espacio del altar papal para permitir los servicios del año. Todas las celebraciones papales que normalmente tienen lugar en la Basílica podrán continuar”. Una vez completado esto, comenzará la segunda fase, que es la finalización de toda la superficie en las partes que no eran accesibles hasta la fecha para el estudio de calibración de los trabajos de restauración". Por el momento, el altar y los escalones se han cubierto con tablas de madera para permitir las celebraciones litúrgicas incluso durante la restauración. “Por último”, concluye el ingeniero, “en todos los puntos de apoyo de los andamios hay, evidentemente, un sistema de distribución y equilibrio, digamos de zapatas, de madera, que es el material más blando y protege así el pavimento de posibles tensiones”.
Antes de iniciar cualquier trabajo, se llevará a cabo una documentación gráfica y fotográfica detallada del Baldacchino (ya parcialmente terminado), con el fin de conservar un registro de su estado actual. Durante la ejecución de las obras, se documentará escrupulosamente cada fase de la intervención. Una vez finalizada, se llevará a cabo una campaña fotográfica exhaustiva para dejar constancia del estado final tras la restauración. Como práctica habitual, cada parte del Baldaquino será objeto de una minuciosa documentación gráfica en tres fases distintas: inicialmente, se elaborará un informe descriptivo del estado actual de deterioro (para todas las partes visibles). Durante los trabajos, se registrarán los detalles de las obras en curso, mientras que al final se llevará a cabo una documentación final, que podrá poner de relieve detalles particulares de la mano de obra, las técnicas de construcción y los materiales utilizados. Toda la información recopilada se ilustrará mediante bases gráficas elaboradas a partir de fotografías. Las investigaciones científicas se llevarán a cabo en varias fases bajo la supervisión del Gabinete de Investigaciones Científicas aplicadas a los Bienes Culturales de los Museos Vaticanos.
Inicialmente, el trabajo se centrará en el estado de conservación y los fenómenos de degradación. Durante los trabajos, las investigaciones se centrarán en el tipo de intervenciones a realizar, mientras que al final se recogerá información detallada sobre las técnicas de ejecución y los materiales empleados. En la fase inicial, también se tomarán muestras de pátina en varias zonas suficientes para analizar en profundidad su composición, con el fin de comprender los fenómenos de degradación. En la fase final, se tomarán muestras de aleación y posiblemente de madera para investigaciones específicas, considerando que todas las superficies estarán limpias y serán fácilmente inspeccionables.
La restauración afectará tanto a las superficies metálicas (bronce y hierro), como a las de piedra (las bases de las columnas son de hecho de mampostería y están recubiertas de mármoles preciosos, es decir, blanco de Carrara, negro de Aquitania y alabastro egipcio), y a la estructura de madera.
En cuanto a las superficies metálicas, los métodos más apropiados para limpiar el bronce suelen consistir en técnicas mecánicas centradas en operaciones manuales. Se utilizan herramientas como escalpelos, cepillos manuales con finas cerdas de hierro, microtaladros con pequeñas muelas o gomas abrasivas, cerdas metálicas de acero, vibroincisores, escalpelos acústicos y otros instrumentos similares, que permiten eliminar las capas de corrosión sin eliminarlas por completo, garantizando unos resultados estéticos satisfactorios. Estos métodos permiten comprobar cuidadosamente las superficies del objeto zona por zona durante el proceso de trabajo. Sin embargo, en el caso de la marquesina, dado que las superficies metálicas están relativamente bien conservadas, el enfoque propuesto será significativamente diferente. Principalmente será necesario eliminar la suciedad depositada, de diversos tipos, utilizando disolventes, compresas u otros métodos, sin afectar a las pátinas o dorados originales. El objetivo será librar al bronce parcialmente bruñido y parcialmente dorado de las capas de contaminación que comprometen su aspecto y empañan su esplendor original. Se realizarán varias pruebas para identificar el método más adecuado, y el trabajo será llevado a cabo manualmente por restauradores altamente cualificados, centímetro a centímetro.
Los tratamientos conservadores para el bronce incluirán los siguientes pasos: Lavado con agua normal seguido de agua desionizada; Aplicación de un inhibidor de corrosión; Aplicación de una capa protectora superficial en varias pasadas. Los tratamientos conservadores para el hierro se dividirán de la siguiente manera: Limpieza mecánica de las superficies para eliminar los productos de corrosión inconsistentes; Lavado con agua normal seguida de agua desionizada; Aplicación de un inhibidor de corrosión y un convertidor de óxido; Aplicación de una capa protectora superficial. Al final del tratamiento de limpieza y conservación, y tras la aplicación de la capa protectora, si es necesario, se realizarán retoques para equilibrar el tono de color utilizando pinturas epoxídicas y se rellenarán las pequeñas lagunas con resina coloreada.
En cuanto a las superficies de piedra, las columnas han sufrido un mantenimiento continuo a lo largo de los siglos y no presentan criticidades significativas. Sin embargo, es necesario limpiar las capas de polvo y sobre todo las ceras amarillentas que comprometen la blancura cristalina del mármol de Carrara. Se prestará especial atención, si es necesario, a la readhesión de las finas placas de precioso alabastro, utilizadas como fondo de los escudos en caso de desprendimiento del revestimiento de soporte de mármol blanco.
Las operaciones a realizar incluyen: Levantamiento del estado de conservación, signos de mano de obra y acabados en la superficie de la piedra, con provisión de cartografía del lugar, basada en levantamientos preexistentes, divididos en categorías; Eliminación del polvo incoherente, estratificado en la superficie, mediante el uso de cepillos suaves y pequeñas aspiradoras; Eliminación de depósitos parcialmente adheridos a la superficie y manchas superficiales con compresas de tejido y agua desionizada; Comprobación de todas las superficies en busca de partes desprendidas del modelado y posible eliminación preventiva; Limpieza de la superficie con eliminación de depósitos adheridos mediante la aplicación de resinas de intercambio iónico. Limpieza de acabado con eliminación de manchas de cera, aceite o residuos de antiguos agentes protectores, utilizando disolventes seleccionados tras las oportunas pruebas de solubilidad; Fase final de acabado para la eliminación de residuos de depósitos compactos y adheridos, utilizando medios mecánicos manuales y equipos de ultrasonidos; Eliminación de antiguos rellenos con materiales no compatibles con la piedra o que hayan perdido su función conservadora o estética Reintegración de escamas, fragmentos y losas de peso y tamaño limitados mediante resina epoxi; Rejuntado con mortero de cal y polvo de mármol para reparar grietas y lagunas profundas, con pruebas específicas para elegir la composición más adecuada en términos de color y granulometría; Posible protección de la superficie con cera microcristalina aplicada con pincel y tirada con un paño.
Por último, en cuanto a la restauración de la estructura de madera, hay que recordar que el Baldacchino contiene más de un 20% de madera, pintada o dorada en las partes visibles, o sin tratar en las partes estructurales. La madera, extremadamente higroscópica, es muy sensible a las variaciones de temperatura y humedad, y constituye la parte más comprometida de la estructura, con lesiones, desprendimientos, grietas, desconexiones y deformaciones. Esta delicada situación requiere intervenciones tanto desde el punto de vista estático, para la parte estructural, como desde el punto de vista estético, para las partes visibles, como el “cielo” con el Espíritu Santo, que fue completamente repintado y redecorado en 1758 debido al deterioro de la película pictórica. El tratamiento de conservación de la estructura se dividirá en las siguientes fases: Evaluación y fijación de las partes desconectadas o desprendidas del techo superior exterior y del techo/techo con el Espíritu Santo; Aspiración de las partículas aéreas sedimentadas en todas las superficies, seguida de un tratamiento biocida preliminar por impregnación; Consolidación de las zonas degradadas de la madera mediante impregnación con resina acrílica; Consolidación de los elementos de madera agrietados y nueva fijación de las partes protegidas; Desmontaje y remontaje de los elementos de aplique desconectados, con corrección y refuerzo de los sistemas de soporte; Restauración estructural de las grietas, sellado y reconstrucción de las partes faltantes a lo largo del armazón; Reconstrucción plástica de pequeñas porciones faltantes del modelado de madera; Segundo tratamiento biocida por impregnación; Estas intervenciones tienen como objetivo preservar y consolidar la estructura de la marquesina, salvaguardando su integridad y su valor histórico-artístico.
Los tratamientos de conservación de la superficie se llevarán a cabo según las siguientes fases: Verificación de la naturaleza del aglutinante utilizado en la colocación de los fondos cromáticos, mediante una prueba de solubilidad con polaridad creciente; Aplicación de un velo provisional sobre las partes en relieve de los fondos cromáticos y dorados, utilizando tejido inglés y éter de celulosa para la seguridad; Consolidación adhesiva de las partes protegidas por el velado temporal, mediante infiltración de resinas microacrílicas u orgánicas (como la cola de esturión), con posterior sellado y restablecimiento de la planitud por inducción térmica; decapado de las partes tratadas mediante reactivación húmeda; limpieza de los campos de color por absorción de las partículas sedimentadas, utilizando tejido inglés y solución quelante (citrato de triamonio), seguida de frotado en seco; Eliminación de posibles repintes estratificados sobre las policromías y dorados, utilizando disolventes seleccionados en función de pruebas de solubilidad, bien en forma directa o bien apoyados en pastillas o geles; Aplicación a pincel de una primera capa de barniz de saturación, de características refractivas opacas; Restauración de las lagunas de profundidad en las policromías y dorados mediante mezclas de tiza de Bolonia y cola de conejo, seguidas de reintegración cromática con colores de acuarela, témpera o barniz, con el fin de obtener una concordancia mimética con el campo original; Reintegración cromática de las abrasiones con preparación visible mediante bajada de tono, utilizando colores de acuarela y barniz; Aplicación mediante pulverización de una capa final de barniz protector, caracterizada por una refracción satinada.
La obra durará diez meses.
Roma, comienzan las obras de restauración del Baldaquino de San Pedro |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.