Una importante operación de restauración de las Historias de San Francisco pintadas al fresco por Giotto en la Capilla Bardi de la Santa Cruz de Florencia está revelando nuevos detalles y devolviendo a la obra maestra del maestro florentino una legibilidad hasta ahora inédita. El proyecto está liderado por el Opificio delle Pietre Dure (OPD) y la Opera di Santa Croce, con el apoyo de la Fondazione CR Firenze y la Asociación ARPAI, y dirigido por Cristina Acidini (Presidenta de la Opera di Santa Croce) y Emanuela Daffra (Superintendente del OPD). El comité científico está compuesto en cambio por Cristina Acidini (presidenta), Giorgio Bonsanti, Sonia Chiodo, Marco Ciatti (fallecido el pasado mes de abril), Emanuela Daffra, Andrea De Marchi, Emanuela Ferretti, Mauro Matteini, Antonella Ranaldi, Serena Romano. Coste de la operación: más de 1 millón de euros, financiados por Opera Santa Croce, OPD, Fondazione CR Firenze y ARPAI a través de Art Bonus (la donación de ARPAI es en memoria de Florence y Paolo Marzotto, fundadores de la Asociación), y diversas donaciones privadas llegadas a través de la campaña de recaudación de fondos, aún en curso, titulada #Giving4Giotto.
La restauración, que comenzó en junio de 2022, surgió de la necesidad de hacer frente a las precarias condiciones de conservación de los frescos, que corrían el riesgo de comprometer la correcta lectura de las escenas. La concepción del proyecto se debe al fallecido Marco Ciatti, antiguo superintendente de la OPD, que firmó el acuerdo preliminar entre el Opificio, la Opera di Santa Croce y ARPAI. La primera fase de la intervención, precedida de una campaña de diagnóstico en profundidad por parte del OPD, ya ha sacado a la luz valiosa información sobre el método de trabajo de Giotto y sus experimentos técnicos, restaurando una obra de arte que había quedado parcialmente oculta por intervenciones anteriores y por el deterioro natural. La OPD hizo uso de tecnologías avanzadas como escáneres láser, cámaras termográficas y diagnósticos sin contacto para estudiar la integridad de la mampostería e identificar rastros de decoraciones anteriores, incluidos dibujos preparatorios y sinopitas. Además, mediante luz ultravioleta e imágenes térmicas, fue posible revelar detalles como la estructura del andamiaje original y los métodos de trabajo de Giotto.
Giotto, en particular, utilizaba una combinación de técnicas de pintura al fresco y en seco, explotando aglutinantes orgánicos, como el huevo, para ampliar la gama cromática y crear efectos de claroscuro más intensos. Esta restauración ha revelado detalles ocultos y fragmentos de color perdidos, que ahora podemos apreciar gracias a la limpieza realizada. Entre las sorpresas se encuentran también una decoración anterior, probablemente geométrica, el descubrimiento de los agujeros de las pontaie, es decir, los agujeros para los andamios, que han permitido así conocer el trazado exacto de la estructura que Giotto montó para pintar, y de nuevo huellas de las sinopias y del dibujo preparatorio. También fue posible reconstruir el recorrido de las “giornate” del tonachino, es decir, la fina capa de yeso sobre la que Giotto y sus colaboradores habían extendido los colores. También se encontraron algunas pinceladas de prueba , que Giotto utilizó para comprobar cómo cambiarían los colores una vez seco el yeso. Estas pinceladas quedarían ocultas por las capas secas de pintura, pero hoy vuelven a ser visibles al haberse perdido estos añadidos (hay pruebas de ello en la escena del Tránsito de San Francisco).
La restauración de la obra de Giotto abordó varias cuestiones con un enfoque meticuloso y experimental. Tras una fase preliminar de pruebas, se seleccionaron los materiales y metodologías más adecuados para hacer frente a los diferentes requisitos de la intervención. Las porciones de la película pictórica levantadas del yeso se volvieron a pegar al soporte con adhesivo acrílico, garantizando así su estabilidad. La limpieza de la superficie se realizó mediante paquetes de agua desionizada caliente mezclada con pasta de celulosa y arcilla, o mediante capas de papel japonés. Se utilizaron disolventes orgánicos cuando fue necesario eliminar fijadores sintéticos aplicados durante restauraciones anteriores.
En algunos lugares, como las costillas y los medallones de las velas, se utilizaron láseres para eliminar las capas de sedimentos acumuladas. Gracias a estas operaciones, sobre todo en los lunetos y la bóveda, fue posible recuperar una extraordinaria frescura pictórica y una gran riqueza de detalles que sólo son visibles de cerca, lo que aumenta el pesar por las partes perdidas.
La restauración también redujo la presencia de sales solubles con compresas absorbentes, mientras que los problemas de adherencia del soporte pictórico se resolvieron inyectando bajo la superficie morteros hidráulicos premezclados a base de cal. Se trataron las pequeñas lagunas dejadas por restauraciones anteriores, sustituyendo los antiguos morteros vinílicos por una mezcla de cal y arena, más compatible con los materiales originales de la obra.
Concluida la limpieza, se plantea ahora la fase final de la restauración. El debate gira en torno a cómo presentar el ciclo pictórico de forma que se respete la historia de la obra y los actos de conservación a los que ha sido sometida, sin comprometer la posibilidad de apreciar plenamente la excepcional invención espacial y artística de Giotto.
Las Historias de San Francisco, pintadas por Giotto después de 1317, han sufrido numerosas vicisitudes de conservación. En 1730, los frescos fueron encalados, mientras que los monumentos funerarios añadidos en el siglo XIX causaron pérdidas irreversibles. No fue hasta 1851 cuando los frescos fueron redescubiertos y restaurados por Gaetano Bianchi, pero posteriormente fueron objeto de una nueva intervención entre 1957 y 1958 por parte de Leonetto Tintori, que eliminó algunos de los añadidos en un intento de sacar a la luz la versión más auténtica de la obra de Giotto.
Está previsto que la restauración finalice en elverano de 2025. Una vez finalizada, el andamiaje permanecerá en su lugar durante dos meses más, lo que permitirá a los visitantes apreciar de cerca la obra de Giotto. La Fondazione CR Firenze también ofrecerá visitas guiadas previas a la restauración hasta julio de 2025, para compartir con el público esta excepcional oportunidad de observar el renacimiento de la obra maestra de Giotto.
Nuevos hallazgos y valiosa información en la restauración de los frescos de Giotto en la Capilla Bardi |
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