El Kunsthistorisches Museum de Viena ha concluido un importante estudio sobre el Salvator Mundi de sus colecciones, atribuido durante mucho tiempo al taller de Tiziano Vecellio (Pieve di Cadore, c. 1490 - Venecia, 1576). Según el museo austriaco, los resultados de esta investigación, financiada por el Fonds für wissenschaftliche Forschung (“fondo para la investigación científica”), sugieren que la obra debe atribuirse más bien a la mano del propio gran maestro, de quien el Kunsthistorisches posee la segunda colección más importante del mundo, después de la del Prado de Madrid.
“Conocido por su enfoque poco convencional de las composiciones tradicionales -se lee en una nota-, Tiziano produjo varias imágenes del Salvator Mundi. Todas derivan de la pintura holandesa del siglo XV y ven a Cristo levantando la mano en señal de bendición y sosteniendo un globo terráqueo coronado por una cruz, aspectos centrales de la creencia cristiana. El Cristo vienés, sin embargo, ejemplifica una nueva interpretación religiosa de esta tradición pictórica. La mano del Salvator Mundi del Kunsthistorisches Museum de Viena descansa sobre una esfera de cristal transparente, como si Cristo fuera un gobernante temporal, sin la habitual cruz. El artista también ha omitido la mano levantada en señal de bendición. Una inscripción hebrea en la túnica del Salvador sugiere que Tiziano recibió el encargo de un mecenas cristiano, aún desconocido, que simpatizaba con las ideas de la Cábala, la doctrina secreta judía”.
La obra fue analizada mediante rayos X y reflectografía infrarroja, y se realizaron investigaciones sobre la técnica y el trazo. Bajo el Cristo se descubrió una composición con una Virgen con el Niño, muy similar a otras pintadas por Tiziano, lo que refleja su forma típica de trabajar, que consistía en modificar composiciones ya dibujadas. Además, según el museo, el hecho de que nos encontremos ante una composición tan inusual, concebida para las exigencias precisas y particulares de un cliente, es una pista que apoya aún más la atribución al propio Tiziano. Las pinceladas y la calidad de la técnica pictórica empleada también pertenecen a Tiziano. Los análisis también han revelado que la imagen fue alterada en parte por restauraciones anteriores, que en algunas partes del cuadro cambiaron los colores u oscurecieron, lo que dificulta la atribución. Sin embargo, según el museo, hacer la obra más legible y establecer así la autoría de Tiziano fuera de toda duda requiere un complejo trabajo de restauración.
Museo Kunsthistorisches de Viena: "Nuestro Salvator Mundi es de Tiziano". |
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