Milán, finaliza la restauración del retablo de Girolamo Genga en la Pinacoteca de Brera

Acaba de concluir en la Pinacoteca di Brera de Milán la restauración de la Disputa sobre la Encarnación, el monumental retablo creado por Girolamo Genga entre 1513 y 1518 para el altar mayor de la iglesia de Sant’Agostino de Cesena. Esta obra maestra, considerada la más ambiciosa del artista de Urbino, fue restaurada por el taller de la Pinacoteca en un proyecto que duró tres años, durante los cuales los visitantes pudieron observar el trabajo de los restauradores.

La obra, de dimensiones imponentes (inaccesible para el laboratorio transparente de la Pinacoteca), fue restaurada dentro de una estructura provisional, construida especialmente junto a la sala XXIV, que alberga obras maestras de Rafael, Piero della Francesca y Bramante. Gracias a un sistema de soporte de acero y a un innovador sistema de succión con cuatro brazos móviles, los restauradores pudieron trabajar en el cuadro, asegurándose de que el público pudiera seguir cada etapa a través de una pared de cristal. El panel, soportado por una estructura de acero que permitía su manipulación segura, fue tratado y limpiado, revelando detalles anteriormente oscurecidos por capas de barniz alterado. Entre estos detalles figuran la arquitectura del fondo, las superficies de mármol, los suaves tonos carne y las flores lanzadas por los angelitos.

El entablado, originalmente deformado y agrietado, fue restaurado, mientras que la intervención también incluyó un análisis exhaustivo de la técnica pictórica y del estado de conservación. Las investigaciones de diagnóstico, realizadas en colaboración con prestigiosos institutos de investigación, arrojaron resultados sorprendentes, como el descubrimiento mediante reflectografía infrarroja (IRR) de un preciso cartón preparatorio que Genga transfirió utilizando la técnica del spolvero. Una reproducción a tamaño natural de este cartón se expone junto al cuadro restaurado, junto con un vídeo que documenta las principales etapas de la restauración.

Una innovación importante que surgió durante los estudios se refiere a la reinterpretación del tema de la obra, que inicialmente se identificó como una “Disputa sobre la Inmaculada Concepción”. A la luz del culto mariano de los agustinos, se cree ahora que el retablo representa en cambio una “Disputa sobre la Encarnación”, centrada en la concepción de Cristo en el seno de la Virgen María.

El proyecto, posible gracias a la contribución delFondo Filantrópico Andreotti & Brusone, ha sido realizado por el laboratorio de restauración de la Pinacoteca de Brera (Andrea Carini, Paola Borghese, Sofia Incarbone, Ilaria Negri), con Cristina Quattrini para los aspectos histórico-artísticos; los trabajos sobre el soporte de madera han corrido a cargo de Roberto Buda. La documentación fotográfica corrió a cargo de Cesare Maiocchi y Mauro Magliani. Las investigaciones científicas corrieron a cargo del laboratorio de restauración de la Pinacoteca de Brera (IRR, microscopio digital, macrofotografías), el laboratorio DIART del Departamento de Física de la Universidad de Milán (imágenes multiespectrales: IRR, IRFC, UVF), por un grupo de trabajo compuesto por los Departamentos de Física y Ciencia de los Materiales de la Universidad de Milán y el CNR-IBFM de Segrate (investigaciones espectroscópicas puntuales: XRF, FORS, Raman) y por el laboratorio CSG Palladio de Vicenza (investigaciones estratigráficas). La restauración va acompañada del volumen Girolamo Genga. La pala di Cesena e il suo restauro alla Pinacoteca di Brera editado por Andrea Carini y Cristina Quattrini (Marsilio editore).

Girolamo Genga (Urbino, 1476 - 1551) es una de las figuras más excéntricas y complejas del Renacimiento italiano. Aunque conocido sobre todo como pintor, también fue arquitecto, músico y escenógrafo, y gozó de gran fama entre sus contemporáneos. Sebastiano Serlio, Pietro Aretino y Giorgio Vasari alabaron su talento, y es el propio Vasari, en sus famosas Vidas, quien nos ofrece la principal fuente biográfica sobre Genga, aunque con algunas imprecisiones.

Los primeros años de su carrera siguen sin estar claros. Procedente de una familia de Urbino vinculada a la de Rafael, Genga siguió una trayectoria similar a la del célebre pintor, frecuentando los talleres de los principales maestros umbros de la época. Su aprendizaje habría tenido lugar con Perugino y Luca Signorelli, aunque sólo está documentada su relación con este último. Fue a partir de 1504 cuando Genga comenzó a ser reconocido como pintor independiente. Trabajó en Urbino, colaborando con Timoteo Viti en los frescos perdidos de la capilla Arrivabene, antes de trasladarse a Siena en 1509 y finalmente a Florencia, donde entró en contacto con las influencias de Fra Bartolomeo, Rafael y Miguel Ángel. Entre 1513 y 1518, Genga trabajó en el retablo de Sant’Agostino en Cesena, una obra monumental que recaló en la Pinacoteca di Brera en 1809, durante las requisas napoleónicas. La obra, una conversación sagrada entre los Doctores de la Iglesia, se distingue por su estilo teatral y su arquitectura pintada, prueba de la cultura arquitectónica del artista, que pronto se dedicaría principalmente a esta disciplina. A partir de 1522, Genga se convirtió en arquitecto de los duques de Urbino, contribuyendo significativamente a la construcción de la Villa Imperiale de Pesaro, donde coordinó a artistas de la talla de Dosso y Battista Dossi, Bronzino y Raffaellino del Colle. Su obra pictórica se entrelaza así con una increíble versatilidad, tanto en el arte visual como en la arquitectura.

Milán, finaliza la restauración del retablo de Girolamo Genga en la Pinacoteca de Brera

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