En Madrid, el Museo del Prado vuelve a exponer su única obra de Caravaggio, el David con la cabeza de Goliat de hacia 1600, tras una cuidada restauración que ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Iberdrola España. El gran museo español demuestra así una gran vitalidad: tras la compra de laOración en el jardín dePaolo da San Leocadio, obra maestra del pintor renacentista italo-español, el Prado destaca por otra acción que implica a un artista italiano.
La obra fue sometida a una intervención para eliminar el barniz oxidado y opaco de la superficie con el fin de restaurar el cromatismo y los contrastes del cuadro. La intervención, llevada a cabo por Almudena Sánchez, restauradora del Museo del Prado, permitió recuperar los valores originales de la obra y desvelar elementos de la composición ocultos bajo la opacidad del barniz, como la luz brillante que rodea la cabeza del joven David o el cuerpo escorzado de Goliat. La obra se presenta ahora en una nueva disposición en las salas 7 y 7A, donde el jefe del departamento de pintura italiana y francesa hasta 1800, David García Cueto, ha imaginado una visión panorámica del fenómeno del caravaggismo.
El principal objetivo de esta restauración era devolver a la obra la imagen original concebida por el gran Michelangelo Merisi. La opacidad del barniz antiguo y la suciedad, señala el Prado, habían alterado la percepción de la profundidad de la composición, haciendo muy difícil darse cuenta del tamaño del lugar en el que se encuentran David y Goliat, ya que en el conjunto de la escena sólo se distinguían con fuerza las zonas en las que se encuentran ambas figuras, iluminadas por la fuente de luz directa.
La limpieza selectiva realizada en el pasado también había contribuido a la falta de legibilidad de la obra, limpieza que había afectado principalmente al primer plano y a las zonas más intensamente iluminadas de ambas figuras, ignorando el fondo de la composición y los espacios en sombra. Todo ello convertía el claroscuro original de Caravaggio en un violento contraste de luces y sombras, dejando la figura de David silueteada sobre un fondo negro y plano. Así, la composición quedaba como reducida a un solo plano.
Además, el tono amarillento de la pintura vieja había alterado el cromatismo original de Caravaggio, confiriendo a los tonos claros y luminosos de las carnaciones y los ropajes una gama cálida que había desvirtuado por completo la idea del artista. A su vez, la pérdida de transparencia de la pintura difuminaba los volúmenes y eliminaba los elementos situados al fondo o en la sombra. En estas condiciones, la escena representada por Caravaggio sólo podía apreciarse parcialmente. Los análisis realizados con reflectografía infrarroja y radiografía permitieron entonces conocer el estado de conservación del cuadro y el proceso creativo del artista, aportando una valiosa información para la restauración.
En cuanto al proceso creativo, se aprecian cambios notables en la composición, como el extraordinario rostro de Goliat aún vivo con expresión dramática, los ojos fuera de sus órbitas y la boca abierta en gesto de horror. Uno de los elementos más llamativos es el escorzo del cuerpo de Goliat, en particular de sus nalgas en la parte derecha del cuadro, continuando con su pierna, que aparece levantada detrás de David hacia la parte superior del cuadro, imagen que muestra el cuerpo derrotado de Goliat tras ser golpeado por la honda del joven pastor. Del mismo modo, se recupera el espacio que rodea la cabeza de Gol iat y su pecho apoyado en el suelo, así como el brazo que pasa por detrás de la pierna de David que avanza con el puño de la mano.
Otro elemento totalmente insospechado que apareció con la limpieza fue la luz clara que rodea la cabeza de David, una luz cortada en diagonal por una sombra oscura que hace perceptible el tamaño del espacio del fondo. La limpieza también permitió recuperar los planos sucesivos de la composición y el aire que circula alrededor de la figura de David, antes inexistente. Además, la complejidad de la composición se aprecia por el espacio tan reducido en el que Caravaggio ha colocado las dos figuras, en un espacio rectangular como si se tratara de una caja profunda.
Las radiografías también revelaron la existencia de dos daños muy concretos que debieron de producirse accidentalmente. El más importante se encuentra en la manga de la camisa de David y el otro en la rodilla que continúa a lo largo del hombro de Goliat. Ambos tenían restauraciones muy antiguas que invadían la pintura original, recuperada en la restauración actual con la eliminación de los repintes. Las deficiencias de color de estas dos zonas se integraron en la superficie pintada mediante el proceso de reintegración cromática.
“Esta restauración”, afirma Almudena Sánchez, “nos muestra un nuevo Caravaggio, proporcionándonos una imagen hasta ahora desconocida del cuadro, la auténtica imagen de esta gran obra maestra que después de tanto tiempo en la sombra recupera la luz con la que fue concebida”.
Madrid, el Prado restaura su Caravaggio: he aquí la obra como nunca antes la habíamos visto |
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