La restauración de la Crucifixión de Donato Montorfano (Milán, c. 1460 - 1502) y de las pinturas murales que adornan la pared oeste del refectorio de Santa Maria delle Grazie, la que se salvó milagrosamente de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, comenzó el pasado 13 de diciembre en el Museo Cenacolo Vinciano. La obra es el “reverso” de laÚltima Cena de Leonardo da Vinci. Los trabajos, anunciados en febrero de 2021 como una de las obras prioritarias de la Dirección Regional de Museos de Lombardía, se iniciaron tras la preparación de la desafiante obra y al término del proceso de adjudicación, en el que se asignó el encargo a AuriFoliaRestauri, de Turín.
El diseño de la intervención corrió a cargo de Michela Palazzo, que dirigió el Museo hasta poco antes del inicio de las obras. Emanuela Daffra, nada ajena a las obras difíciles, se encargó de la dirección del proyecto, asistida por Lorenza dall’Aglio y Silvia Zanzani, arquitecta que recientemente dejó la dirección del Castillo Scaligero de Sirmione para hacerse cargo del Cenacolo Vinciano.
Las actividades de restauración, en las primeras fases, se concentran en el gran fresco de la Crucifixión, para proseguir después en la pared lateral. En esta pared y en la bóveda hay motivos decorativos que datan de 1488, mientras que en los extremos se ven dos lunetos decorados. El adyacente a laÚltima Cena representa un escudo de armas en una guirnalda de hojas y frutos y se atribuye al propio Leonardo da Vinci. También de atribución casi segura a Leonardo son los retratos de Ludovico el Moro con su esposa Beatrice d’ Este y sus hijos, colocados en la parte inferior de la Crucifixión y ahora casi completamente perdidos.
Todos los aspectos de la obra, incluida la disposición del lugar, se diseñaron para minimizar su impacto en el refectorio, un entorno delicado y complejo, enérgicamente protegido del polvo y los agentes contaminantes. Y no sólo eso: las distintas obras se han organizado y programado de forma que el Museo permanezca abierto durante toda la duración de los trabajos, reservando las obras más articuladas o ruidosas para las horas de cierre; los detalles de las obras temporalmente ocultas se ofrecen a los visitantes a través de un ledwall y se informa del avance de las obras en el sitio mediante actualizaciones constantes.
“La obra, creada con fines de conservación, será también una importante oportunidad para conocer mejor la historia del edificio, la obra de Montorfano y las efigies ducales”, afirma Emanuela Daffra, directora regional de los museos de Lombardía. “Ya desde las primeras semanas de trabajo, está claro que habrá que revisar muchos de los tópicos sobre esta pintura y que el estudio sistemático de su ’temática’ ayudará a desentrañar las vicisitudes de un lugar crucial para el Milán renacentista”. Sin embargo, los cuidados del grupo de trabajo interno, muy cohesionado, han sido múltiples, dirigidos tanto a la conservación de las pinturas como al público".
Inicio de la restauración de la Crucifixión de Montorfano, frente a la Última Cena de Leonardo |
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