En 1970, había comprado un cuadro por la modesta suma de 65 libras esterlinas (que, descontadas hoy, serían unas 900 libras, o algo menos de 1.100 euros), creyendo que era una copia de un retrato de uno de los más grandes artistas holandeses del siglo XVII, Anton van Dyck. Ahora, sin embargo, el historiador del arte Christopher Wright, propietario del cuadro (un retrato de la infanta de España, Isabel Clara Eugenia de Habsburgo, hija del rey Felipe II, princesa soberana de los Países Bajos españoles entre 1598 y 1621 y luego gobernadora de 1621 a 1633) se ha dado cuenta de que en realidad podría tratarse de un original. La historia la cuenta The Guardian.
“Se lo compré a un marchante del oeste de Londres”, explicó al diario inglés. “Como historiador del arte lo compré como copia. Y extrañamente no me di cuenta de nada. Como dice el refrán, los peores zapatos son los del zapatero. Y así, la colección del historiador del arte es la menos vista”. La obra, según The Guardian, podría valer unas 40.000 libras, aunque algunos retratos de Van Dyck comparables a éste también han alcanzado sumas de siete cifras. Un influyente historiador del arte, Colin Harrison, conservador jefe de arte europeo del Museo Ashmolean de Oxford, uno de los más importantes de Inglaterra, cree que la obra puede ser un original. Según Harrison, que estaba visitando a Wright, el detalle revelador serían las manos de la mujer representada.
Wright, por iniciativa de Harrison, mandó entonces analizar y restaurar el cuadro en el Courtauld Institute of Art de Londres, y de allí salieron también opiniones que apoyaban la corazonada. En efecto, la obra estaba sucia y su legibilidad se veía comprometida por el barniz amarillento. The Guardian cita un informe del Courtauld, redactado por Kendall Francis y Timothy McCall, en el que se afirma que Van Dyck y su taller realizaron muchos retratos de la infanta de España y que, por tanto, es muy difícil determinar hasta dónde llegó la contribución del maestro y dónde se detuvieron los ayudantes. “La destreza con que fue pintada la obra”, reza una coma invertida del informe citado por The Guardian, "nos lleva a proponer provisionalmente que puede atribuirse al taller de Van Dyck y que fue terminada durante su vida y bajo su supervisión. El hecho de que se considerara una obra de taller explica la estimación cuarenta veces superior al precio que Wright pagó por el cuadro, pero muy inferior a los autógrafos atribuidos a la mano del maestro.
En el cuadro, del que, como ya se ha dicho, se conocen más copias, la infanta de España aparece vestida con un hábito de monja, característica que permite fechar el cuadro en fecha posterior a 1621, año en que Isabel perdió a su marido, el archiduque Alberto VII de Austria (el hábito de monja y el deseo de renunciar a toda joya son signos de luto: por el contrario, existen cuadros anteriores en los que Isabel Clara Eugenia de Habsburgo aparece completamente vestida). En concreto, la obra podría fecharse entre 1628 y 1632.
Wright desea ahora que el cuadro se exponga en una institución pública y lo ha cedido en préstamo a largo plazo al Cannon Hall Museum de Barnsley, museo especializado en pintura holandesa y flamenca del siglo XVII.
En la foto, el cuadro
Hace 50 años compró un cuadro por 65 libras: posiblemente del taller de Van Dyck |
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