Forlì, crucifijo románico del siglo XII restaurado

En Forlì, tras unas obras de restauración, vuelve a su lugar el precioso crucifijo románico del siglo XII conservado en la catedral de la ciudad romañola. Esta obra de arte representa a Jesucristo vivo en la cruz, sin los signos de la pasión, con los ojos abiertos y una corona real en la cabeza en lugar de la tradicional corona de espinas. La restauración corrió a cargo de la empresa SOS Art de Carlotta Scardovi, de Bolonia.

Antes de su traslado a la Catedral, el Crucifijo estará expuesto al público en la Sala de Honor del Obispo. La exposición estará abierta del 22 de julio al 9 de agosto y del 26 de agosto al 6 de septiembre, de lunes a viernes, de 9.00 a 12.00 h. Esta exposición temporal ofrece una oportunidad única de admirar de cerca una obra que constituye un importante ejemplo del arte sacro románico.

El Crucifijo se trasladará a la catedral de Forlì el sábado 14 de septiembre, en la fiesta de la Exaltación de la Cruz, que coincide también con el quinto aniversario de la beatificación de Benedetta Bianchi Porro. Esta fecha marcará el regreso del Crucifijo a su lugar tradicional, permitiendo a los fieles y visitantes contemplarlo en su emplazamiento original.

El Crucifijo románico de la catedral de Forlì es especialmente significativo por su iconografía. A diferencia de las representaciones tradicionales que muestran a Cristo sufriendo, esta obra lo representa vivo, símbolo de victoria y realeza, una interpretación teológica que hace hincapié en la resurrección y la gloria divina.

“Se trata”, explica Claudio Giannelli, director de la Oficina diocesana de Bienes Culturales Eclesiásticos, “de una escultura policromada en madera tallada, de gran tamaño y gran valor, esculpida, ensamblada y luego pintada, que descansa sobre una valiosa cruz, también de madera, originalmente cuatrilobulada y pintada, con restos de decoración policromada y dorada”. Los trabajos de restauración, llevados a cabo por el taller SOS Art de Carlotta Scardovi de Bolonia, en memoria de Martino Brunelli, se centraron en la limpieza de la superficie y la consolidación de las capas constitutivas de la obra, así como en la posterior reordenación estética, con el fin de devolver a la obra una unidad global de interpretación.

Forlì, crucifijo románico del siglo XII restaurado

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