Florencia, el Retablo Macinghi de Verrocchio y el taller vuelven a su iglesia

El retablo Macinghi, obra ejecutada por Verrocchio, maestro de Leonardo, junto con su taller, regresa a la iglesia de San Martino a Strada, en el municipio de Grassina, a las afueras de Florencia. La gran pintura sobre tabla que representa la Sagrada Conversación con los santos Zanobi, Francisco, Juan Bautista y Nicolás es propiedad de las Galerías Uffizi, pero adorna el altar mayor de la iglesia, situada en Grassina, cerca de Florencia, desde hace aproximadamente un siglo. En el último año ha sido protagonista de un auténtico tour: primero estuvo en el Opificio delle Pietre Dure para someterse aun cuidadoso trabajo de restauración, tras lo cual se expuso en los Uffizi, después fue a Perugia, donde se exhibió como parte de la gran retrospectiva sobre Perugino en el 500 aniversario de su muerte organizada en los últimos meses por la Galleria Nazionale dell’Umbria. Ahora vuelve por fin a San Martino a Strada: y su regreso, el 12 de septiembre, se celebrará con una misa especial en la iglesia que la acoge, oficiada por el cardenal y arzobispo de Florencia Giuseppe Betori a las 18.00 horas.

“La iglesia de San Martino a Strada, en el día en que la Iglesia celebra el Santísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María”, dice el Arzobispo de Florencia Giuseppe Betori, “vuelve a acoger el panel Macinghi, que ahora podemos admirar en toda su belleza, tras una cuidadosa restauración. Gracias a la concesión de la Galería de los Uffizi, en el marco del proyecto Uffizi Diffusi, la obra se vuelve a proponer así en el contexto litúrgico y devocional para el que fue concebida. María entronizada en el centro de la escena está rodeada de santos vinculados a la identidad de esta tierra, San Juan Bautista, patrón de Florencia, y San Zanobi, obispo patrón de la Iglesia florentina, y luego San Nicolás de Bari y San Francisco de Asís. La obra maestra de Verrocchio, con una iconografía tradicional, pero también con algunos personajes más insólitos, nos conduce al misterio divino, muestra la fe entrando en la historia humana a través de la encarnación, por mediación de María, los santos y la acción sacramental”.

“Los depósitos de los Uffizi no están sólo en el museo, sino que también pueden estar fuera, es decir, dispersos por el mundo, a menudo en oficinas públicas o embajadas”, explica el director de los Uffizi , Eike Schmidt. “Y también hay depósitos como el de San Martino a Strada, adonde fue enviado a principios del siglo XX el retablo Macinghi, del que se sabía poco, pero que atrajo la devoción de los fieles y la atención de los estudiosos”. De vuelta a la iglesia tras una larga restauración y después de haber sido expuesta en dos prestigiosas sedes, la magnífica obra vuelve a vincular el museo al territorio, convirtiéndose en un caso ejemplar del proyecto “Uffizi diffusi”.

Florencia, el Retablo Macinghi de Verrocchio y el taller vuelven a su iglesia

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