Città di Castello tiene un nuevo Luca Signorelli: el Retablo de Santa Cecilia vuelve al maestro tras su restauración

Una obra maestra del Renacimiento resurge del polvo del tiempo. Tras una restauración completa que ha revelado su autenticidad, el Retablo de Santa Cecilia, conservado en la Pinacoteca Comunale de Città di Castello, ha sido entregado a Luca Signorelli y a su taller por el principal experto del artista, Tom Henry, comisario también de la exposición celebrada el año pasado en Cortona: antes, de hecho, se consideraba generalmente obra de la escuela de Signorelli.

La presentación oficial tuvo lugar el pasado 28 de diciembre en la Pinacoteca di Palazzo Vitelli alla Cannoniera, en presencia del propio Tom Henry, profesor emérito de la Universidad de Kent, que formalizó la atribución. La restauración, financiada por la Universidad eCampus a través del mecanismoArt Bonus, ha contado con la participación de un equipo multidisciplinar de restauradores, investigadores e historiadores del arte, marcando un hito en la conservación y puesta en valor del patrimonio artístico italiano. La obra vuelve así a la sala de la Pinacoteca, donde ya hay un número conspicuo de obras de Signorelli y su taller, empezando por el fundamental Martirio de San Sebastián, una de las obras maestras del artista de Cortona.

La historia del Retablo de Santa Cecilia

La obra, imponente por sus dimensiones (dos metros por tres), estaba destinada al Louvre en la época de las requisas napoleónicas, por orden de Vivant Denon, director del museo y hombre de confianza de Napoleón. Sin embargo, la imposibilidad de transportarlo impidió su expatriación. La predela, separada del retablo mayor, siguió en cambio un destino turbulento: hallada en 1945 entre las obras maestras destinadas al museo de Hitler en Linz (Austria), representa un fragmento significativo de la historia.

Durante años, como se había previsto, el Retablo de Santa Cecilia quedó relegado a una atribución genérica a la escuela de Signorelli, oscurecida por traumas y fuertes repintes que habían alterado sus detalles. Ya en 1923, el historiador del arte Mario Salmi lo había atribuido erróneamente al mediocre pintor Pietro Baldinacci, influyendo así en la crítica posterior.

Restauración y renacimiento

Gracias a la intuición del investigador Giuseppe Sterparelli y al trabajo del restaurador Paolo Pettinari, asistido por Marco Santi para el soporte de madera y Francesca Rosi del CNR para las investigaciones científicas, fue posible redescubrir la mano de Luca Signorelli. La restauración, supervisada por la Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio dell’Umbria (Departamento de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Umbría), tardó un año en completarse y utilizó técnicas innovadoras no invasivas para estudiar los materiales pictóricos.

El proceso constó de dos fases principales de limpieza: la primera devolvió a la luz los valores cromáticos originales de la obra, restaurando la vivacidad típica del maestro renacentista; la segunda, realizada en estrecha colaboración con Giovanni Luca Delogu, funcionario de la Superintendencia de Bellas Artes, permitió realzar los detalles estéticos y formales que caracterizan el estilo de Signorelli.

Entre los descubrimientos más significativos figura la recuperación de la desnudez del Niño Jesús, originalmente cubierto por un taparrabos rediseñado, y de los pies de la Virgen, ocultos bajo unas medias floreadas. La túnica roja de la Virgen, transformada en el siglo XVII en un vestido a la moda de la época, ha sido restaurada, junto con los finos detalles de Santa Cecilia y Santa Catalina, cuya fisonomía fue modificada.

Una obra maestra renacida

La intervención reveló una obra compleja y armoniosa, reflejo de la madurez artística de Signorelli durante su estancia en Città di Castello. Aquí, bajo la protección de la familia Vitelli, el pintor desarrolló esa"invención extraña y caprichosa" celebrada por Giorgio Vasari.

Conservado en la Pinacoteca tifernate desde 1912, el retablo es hoy una joya de la corona del museo y una atracción para estudiosos y amantes del arte de todo el mundo. La jornada de presentación, titulada “Un Signorelli redescubierto”, estuvo adornada por proyecciones en la fachada de la Pinacoteca y la actuación del coro Abbatini, dedicado a Santa Cecilia, patrona de la música. El museo puede visitarse de martes a domingo de 10.00 a 13.00 y de 15.00 a 18.00 (hasta el 31 de marzo). Del 1 de abril al 31 de octubre, el horario de apertura es de 10.00 a 30.00 y de 14.30 a 18.30.

“Hay muchas maneras de homenajear a un artista y normalmente las restauraciones, además de las exposiciones, son las mejores herramientas”, dice Tom Henry. “Esta intervención permite realzar no sólo el Retablo de Santa Cecilia, sino también devolver la atención debida a la obra tardía de Luca Signorelli, que es crucial para comprender realmente su trayectoria y su historia. Y la obra de Signorelli en Città di Castello es de primordial importancia, también para la formación del joven Rafael”.

“Tenemos el honor de restituir a nuestros contemporáneos una obra de finísima factura”, subrayaron Luca Secondi, alcalde de Città di Castello, y Michela Botteghi, concejala de Cultura, “imponente en técnica y tamaño, en la que se aprecian el estilo y la maestría de Signorelli tanto en el efecto de conjunto como en detalles de rara belleza”. Hacía siglos que el retablo de Santa Cecilia había perdido su aspecto original. Hoy podemos verlo tal y como se presentaba a nuestros conciudadanos en el siglo XVI: un privilegio que no ocurre a menudo y por el que damos las gracias a la Universidad eCampus, que ha financiado el proyecto de restauración. Città di Castello es una ciudad que debe mucho al mecenazgo, gracias al cual albergamos en nuestros museos obras de Signorelli y Rafael, De Chirico y Pistoletto. Es importante que esta fructífera relación entre lo público y lo privado para la valorización del patrimonio cultural continúe en el futuro. Durante más de un año, muchas personas trabajaron casi a diario para restaurar el Retablo de Santa Cecilia: queremos dar las gracias a Tom Henry, que vio la huella de Signorelli oculta tras los signos del tiempo, a la Soprintendenza Archeologia, Beni Culturali e Paesaggio, que supervisó la restauración de forma continuada, y al restaurador Paolo Pettinari. El sitio de restauración instalado en la Pinacoteca permitió seguir en tiempo real el difícil y delicado proceso de desvelado, a través de los complejos actos críticos que hicieron posible devolver al retablo su esplendor original, y compartir el viaje con visitantes, escuelas y ciudadanos".

Francesco Pietro Polidori, fundador de la Universidad eCampus y mecenas de la operación a través de Art Bonus, no oculta su entusiasmo: “Nuestra Universidad, como sede natural para la promoción del conocimiento, se prestó inmediatamente a esta operación, que además tiene el valor de atraer turistas a la zona. En este sentido, hemos seguido idealmente el ejemplo de uno de nuestros ilustres conciudadanos, Alberto Burri, que hizo posible la restauración de los frescos de Luca Signorelli en Morra, en nuestro distrito, hace exactamente cincuenta años”.

Città di Castello tiene un nuevo Luca Signorelli: el Retablo de Santa Cecilia vuelve al maestro tras su restauración

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