Han pasado 350 años desde el nacimiento de Rosalba Carriera ( Venecia, 1673 - 1757), destinada a convertirse en la artista más famosa de Europa en el siglo XVIII. Para celebrarlo, del 13 de octubre de 2023 al 9 de enero de 2024, el Ayuntamiento de Venecia y la Fundación MUVE presentan una exposición(Rosalba Carriera, miniaturas sobre marfil, comisariada por Alberto Craievich) en los renovados locales de Ca’ Rezzonico - Museo del Settecento Veneziano, que explora un aspecto particular de la producción de la artista: las miniaturas sobre marfil. La exposición ofrece la oportunidad de ver reunidas hasta 36 obras, refinados retratos, de gran éxito entre los contemporáneos del pintor pero de los que sólo un pequeño número ha llegado hasta nosotros, junto a los famosos pasteles, documentos, dibujos, grabados, procedentes de la Fondazione Musei Civici di Venezia y de colecciones privadas.
De hecho, no todo el mundo sabe que Rosalba Carriera, además de dedicarse a los retratos al pastel, fue una extraordinaria pintora de miniaturas, primero en tabaqueras y después en marfil. A ella debemos la fortuna de este género, elevado de práctica “menor” y artesanal a la igual dignidad de las obras sobre lienzo. Gracias a una técnica innovadora y a una gran habilidad, Rosalba Carriera consiguió trasladar, por primera vez, las pinceladas sueltas y vibrantes de la pintura sobre lienzo a la diminuta superficie de los fondos de marfil. El éxito fue inmediato. No hubo viajero que no aspirara a que le pintaran un retrato en miniatura de Carriera durante su estancia en Venecia.
Por otra parte, es bien sabido cómo la excelencia del pintor en los retratos encontró el beneplácito de todos: desde lores ingleses hasta príncipes del Imperio, convirtiéndose quizá en el único artista que cosechó elogios unánimes tanto entre los sofisticados conocedores del beau monde internacional como entre la tradicionalista y conservadora aristocracia veneciana.
La exposición de Ca’ Rezzonico nos permite admirar obras de extraordinaria fragancia y delicadeza, clásicos del arte rococó, instantáneas de la dolce vita de la nobleza en las que encontramos a los protagonistas de aquella sociedad mundana y galante cuyos estados de ánimo, carácter y vanidades Rosalba ha fijado de manera incomparable. Al mismo tiempo, restituye una gran riqueza de detalles sobre la indumentaria y los peinados, expresión del gusto y el estilo de su época, fiel reflejo de la historia de la moda de la primera mitad del siglo XVIII. La pintora fue responsable del retrato más agudo de las personalidades de la sociedad veneciana y europea del siglo XVIII, y su contribución al propio retrato francés es fundamental: interpretó de manera incomparable los ideales de gracia y elegancia de toda una época, esa “vida feliz” de la nobleza que entró en el imaginario colectivo y con la que identificamos el Antiguo Régimen.
Durante casi medio siglo, las cortes de Europa solicitaron sus servicios, pero a pesar de las frecuentes invitaciones y generosas ofertas, salvo tres estancias en la corte del Rey de Francia, del Duque de Módena y en la del Emperador en Viena, permaneció en Venecia, donde trabajó sin cesar, durante el resto de su vida.
36 miniaturas sobre marfil de Rosalba Carriera expuestas en Ca' Rezzonico de Venecia |
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