A pesar de la precaria situación en Sudán, un equipo de arqueólogos polacos del Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia, dirigido por el profesor Kazimierz Michałowski, realizó en marzo (aunque la noticia no se dio a conocer hasta principios de abril) un importante descubrimiento en el yacimiento de Dongola (Tungul en nubio antiguo), la capital de Makuria, uno de los estados africanos medievales más importantes. En efecto, los arqueólogos Lorenzo De Lellis y Maciej Wyżgoł se toparon inesperadamente con un enigmático complejo de habitaciones hechas de ladrillos secados al sol, cuyos interiores estaban cubiertos de escenas figurativas consideradas únicas del arte cristiano. El descubrimiento se produjo durante la exploración de casas que datan del periodo Funj (siglos XVI-XIX). Para sorpresa de los investigadores, había una abertura bajo el suelo de una de las casas que conducía a una pequeña cámara, cuyas paredes estaban decoradas con representaciones únicas. Las pinturas del interior mostraban a la Virgen María, a Cristo, así como una escena que representaba a un rey nubio, a Cristo de nuevo y al arcángel Miguel.
No es la típica representación de un gobernante nubio bajo la protección de santos o arcángeles. El rey se inclina ante Cristo, que está sentado en las nubes, y le besa la mano. El soberano está sostenido por el arcángel Miguel, cuyas alas extendidas protegen tanto al rey como al propio Cristo. No se conocen paralelos de esta escena en la pintura nubia. Además, el dinamismo y la intimidad de la representación contrastan con el hieratismo de las figuras representadas en las paredes laterales, y la figura de la Virgen en la pared norte de la cámara tampoco pertenece al repertorio típico de representaciones de María en el arte nubio. La madre de Dios, que aparece en una pose digna, viste ropas oscuras y sostiene una cruz y un libro en las manos, mientras que Cristo está representado en la pared opuesta. Su mano derecha se muestra en un gesto de bendición, y en la izquierda sostiene un libro, que se ha conservado fragmentariamente.
Las pinturas van acompañadas de inscripciones que actualmente estudia la Dra. Agata Deptuła, de la Universidad de Varsovia. Una lectura preliminar de las inscripciones en griego permitió identificarlas como textos de la Liturgia de los Dones Presantificados (un rito bizantino de Cuaresma). También hay una inscripción en nubio antiguo que acompaña a la escena principal, y que es extremadamente difícil de descifrar: sin embargo, gracias a una lectura preliminar del Dr. Vincent van Gerven Oei, los investigadores supieron que contiene varias menciones a un rey llamado David y una súplica a Dios por la protección de la ciudad. La ciudad mencionada en la inscripción es probablemente Dongola, y el rey David es probablemente la figura real representada en la escena. David fue uno de los últimos gobernantes de la Makuria cristiana y el periodo de su gobierno marcó el principio del fin del reino. Por razones desconocidas, el rey David atacó Egipto, que tomó represalias invadiendo Nubia y, como resultado, Dongola fue saqueada por primera vez en su historia. ¿Quizá el cuadro se pintó cuando el ejército mameluco se acercaba a la ciudad o ya la estaba asediando?
El mayor enigma, sin embargo, es el complejo de habitaciones en el que se hallaron las pinturas. Las habitaciones en sí, cubiertas por bóvedas y cúpulas y hechas de ladrillo seco, son bastante pequeñas. La sala con la escena pintada del rey David se asemeja a una cripta, pero está 7 metros por encima del nivel del suelo medieval. El edificio es adyacente a un edificio sagrado identificado como la Gran Iglesia de Jesús, que probablemente fue la catedral de Dongola y la iglesia más importante del reino de Makuria. Las fuentes árabes que relatan el ataque del rey David a Egipto y la toma de los puertos de Aidhab y Asuán afirman que este acto fue instigado por la Gran Iglesia de Jesús. ¿Acaso el arzobispo de Dongola, al igual que el papa Urbano II, instó al rey David a emprender una cruzada?
Nuevas excavaciones podrían dar respuesta a estas y otras preguntas sobre la enigmática estructura. Sin embargo, el objetivo más importante de esta campaña era preservar las singulares pinturas murales. Inmediatamente después del descubrimiento, los conservadores, bajo la dirección de Magdalena Skarżyńska, se pusieron manos a la obra. El equipo de conservación trabajó en el marco de una cooperación entre el Centro Polaco de Arqueología Mediterránea y el Departamento de Conservación y Restauración de Obras de Arte de la Academia de Bellas Artes de Varsovia. Trabajar en un espacio tan reducido, bajo presión de tiempo y con las altas temperaturas típicas del mes de marzo en Sudán fue todo un reto. Las pinturas se desprendieron de las paredes en algunos lugares, pero la capa pictórica en sí estaba extraordinariamente bien conservada. Los conservadores aseguraron las pinturas murales, confeccionaron bandas protectoras y yeso y rellenaron los huecos entre la pared y el yeso con líquido de inyección. Si la estructura descubierta es o no un verdadero complejo funerario se sabrá cuando los arqueólogos del Centro Polaco de Arqueología Mediterránea regresen a Dongola en otoño, si la situación actual del país lo permite. Actualmente, varios proyectos del Centro están en marcha en el yacimiento de Dongola. Y se desconoce si podrán seguir adelante y cuándo.
Sudán, descubiertos importantes frescos cristianos, inéditos para la pintura nubia |
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