Durante las obras de la línea férrea Palermo-Catania se descubrieron piezas arqueológicas de la época imperial romana. El hallazgo se produjo entre Palomba y Catenanuova, en una colina que domina el curso del río Dittaino (antigua Crisa), por parte de la empresa del grupo Ferrovie dello Stato que está llevando a cabo las obras, Italferr. El punto gozaba de una posición favorable para el control estratégico del valle y de las vías de comunicación, y el vasto asentamiento puede datarse entre mediados del siglo I y el siglo III d.C., con indicios de reocupación también en periodos posteriores.
Al oeste del asentamiento, en la cima de la colina y en la ladera noroeste, también se identificó una extensa necrópolis que produjo 168 enterramientos. Los datos asociados a ella nos hablan de una importante estratificación social, con un conjunto de tumbas de tipo “fossa terragna”, con cubiertas principalmente de tejas y tejar, y núcleos de tumbas monumentales, que ofrecen una prueba más de la complejidad y diversidad social del asentamiento principal.
Cabe mencionar que Italferr fue la primera empresa italiana de ingeniería que se dotó, ya en la década de 1990, de una plantilla propia de arqueólogos profesionales capaces de gestionar todas las actividades arqueológicas funcionales al diseño y ejecución de obras ferroviarias, tan frecuentes eran los contextos de este tipo.
Fueron precisamente las investigaciones arqueológicas preventivas llevadas a cabo por Italferr las que permitieron realizar este importante descubrimiento. Una importante actividad que hay que reconocer. La obra de infraestructura en curso es el nuevo enlace Palermo-Catania-Messina, parte integrante del Corredor Principal nº 5 “Escandinavo-Mediterráneo (Helsinki-La Valeta)”, que permitirá una reducción significativa de los tiempos de viaje, junto con numerosas ventajas en términos de seguridad general del transporte y de desarrollo económico y social de los territorios implicados.
Volviendo al descubrimiento arqueológico, hay que decir que es una confirmación de la riqueza de la zona con un núcleo de enterramientos monumentales en la necrópolis, compuesto por una tumba capuchina, un bustum (es decir, el lugar donde se realizaban las cremaciones en la necrópolis) y una incineración en una urna de mármol. En particular, el bustum ha proporcionado un ajuar excepcional compuesto por cinco collares y dos anillos de oro, mientras que la urna cineraria, de mármol de Carrara, lleva una inscripción que atestigua la presencia en el lugar de un “Magnus Magister Pecoris”, es decir, un personaje encargado de la administración y la gestión del rebaño, y de un dispensator, un administrador, que donó la urna al difunto. Dos figuras que sugieren una estructura administrativa compleja y el asentamiento de sujetos encargados de la gestión de un patrimonio y ciertamente de una actividad de cría.
Las investigaciones referidas al asentamiento, informan de una organización de espacios que confirma la complejidad del asentamiento, presumiblemente una villa rústica con una sala central y al menos tres ambulatorios. Restos de pavimentos y derrumbes de tejados confirman la especial importancia del asentamiento, cuya posición estratégica dominaba originalmente toda la ladera. Las características de las estructuras que han aflorado nos llevan a pensar que no pueden interpretarse como viviendas, sino más bien como espacios referibles a una actividad productiva que habría que relacionar con la pars dominica de la villa romana.
Por último, gracias a los resultados de las investigaciones magnetométricas, se descubrió una zona de posible uso cultual en el sector oriental del yacimiento. Se trata de un canal natural en cuyo interior se encontraron diversos restos de huesos de animales quemados, alternados con capas de depósitos quemados y aluviales, que sugieren la realización de rituales. En la zona se han hallado varios ejemplares de oscilla, agujas y alfileres de hueso trabajados. Destaca la presencia de un troquel con una letra inscrita que aún no ha sido descifrada.
Las actividades de excavación, que comenzaron en 2020 en colaboración con la Superintendencia del Patrimonio Cultural y Medioambiental de Enna, siguen en curso con el objetivo de documentar la zona arqueológica en su totalidad y desarrollar un proyecto de valorización del yacimiento.
Realizan obras en el ferrocarril Palermo-Catania y descubren un asentamiento romano |
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