Pompeya, ha aparecido una gran sala de banquetes con frescos y megalografía dedicada a la procesión de Dioniso


Más de un siglo después del descubrimiento de la Villa de los Misterios, durante las recientes excavaciones realizadas en el Parque Arqueológico de Pompeya, en la ínsula 10 del Regio IX, apareció una gran sala de banquetes decorada con una megalografía que representaba la procesión de Dioniso.

Más de un siglo después del descubrimiento de la Villa de los Misterios, recientes excavaciones en la zona central del Parque Arqueológico de Pompeya, en la ínsula 10 del Regio IX, han sacado a la luz una gran sala de banquetes decorada con un friso monumental con figuras de tamaño casi natural, o una"megalografía" (del griego megálos ’grande’ y graphía ’pintura’). El friso, que decora tres paredes de la sala mientras la cuarta da a un jardín, representa una animada procesión dionisíaca.

La escena representa la procesión de Dioniso, dios del vino: las bacantes, pintadas como bailarinas o como orgullosas cazadoras, llevan un cabrito sacrificado a hombros o una espada y las entrañas de un animal en las manos. Jóvenes sátiros, con sus características orejas puntiagudas, tocan la flauta doble, mientras otro vierte vino al revés de un pothorn a una patera, realizando acrobáticamente una libación ritual. En el centro de la composición destaca una mujer acompañada por un viejo Sileno que sostiene una antorcha: se trata de una inicianda, es decir, una mujer mortal a punto de ser iniciada en los misterios de Dioniso mediante un ritual nocturno. Un elemento fascinante del friso es que todas las figuras están representadas sobre pedestales, como si fueran estatuas, y sin embargo, gracias al dinamismo de los gestos, los tonos de piel y la representación de las telas, parecen increíblemente vivas y en movimiento.

Los arqueólogos han bautizado esta vivienda como la Casa de Thiasos, en referencia a la procesión festiva del dios Dioniso. En la Antigüedad, diversos cultos, entre ellos el dionisíaco, estaban reservados exclusivamente a quienes se sometían a una iniciación, como sugiere el friso de Pompeya. Estos cultos se conocían como cultos “de misterio” precisamente porque sus enseñanzas sólo eran accesibles a los iniciados. A menudo prometían a los fieles un destino de felicidad tanto en la vida como en el más allá.

El fresco hallado es atribuible al II Estilo de la pintura pompeyana, datable en el siglo I a.C., y más concretamente entre los años 40 y 30 a.C.. En el momento de la erupción del Vesubio, en el año 79 d.C., el friso tenía ya, por tanto, un siglo de antigüedad.
El único otro ejemplo conocido de megalografía que representa ritos mistéricos dionisíacos es el famoso friso de la Villa de los Misterios, situado a las afueras de Pompeya y también decorado en el Segundo Estilo. Sin embargo, el nuevo friso aporta un elemento más a la representación de los ritos dionisíacos: la caza. El tema de la caza es evocado no sólo por las bacantes representadas como cazadoras, sino también por un segundo friso, más pequeño, que se extiende por encima de la escena principal. En él se representan diversos animales, tanto vivos como muertos: un cervatillo, un jabalí recién descuartizado, gallos, diversas aves, así como peces y mariscos.

Megalografía Casa Thiasos
Megalografía Casa de los Thiasos
Megalografía Casa Thiasos
Megalografía Casa de los Thiasos

“Dentro de cien años, el día de hoy se vivirá como histórico, porque histórico es el descubrimiento que estamos mostrando”, ha declarado el Ministro de Cultura , Alessandro Giuli. “La megalografía hallada en la ínsula 10 de Regio IX abre otra mirada a los rituales de los misterios de Dioniso. Se trata de un documento histórico excepcional y, junto con el de la Villa de los Misterios, constituye un ejemplar único en su género, haciendo de Pompeya un testimonio extraordinario de un aspecto en gran parte desconocido de la vida clásica mediterránea. Todo ello hace importante y valiosa la reanudación de las actividades de excavación en Pompeya, que el Gobierno apoya incondicionalmente y para la que ha destinado recientemente 33 millones de euros a trabajos de excavación, mantenimiento programado, restauración y puesta en valor de este yacimiento y de la zona circundante. Estamos viviendo un momento importante para la arqueología italiana y mundial, que también ha registrado un fuerte aumento de visitantes, a partir de este Parque Arqueológico: más de 4 millones 87 mil entradas en 2023 y 4 millones 177 mil en 2024”.

"La caza de las Bacantes de Dioniso", explicó el director del Parque Arqueológico de Pompeya , Gabriel Zuchtriegel, coautor de un primer estudio sobre el nuevo hallazgo publicado en elE-Journal of the Pompeii Excavations, "partiendo de las Bacantes de Eurípides del 405 a.C., una de las tragedias más queridas de la Antigüedad, se convierte en metáfora de una vida desenfrenada y extática, que aspira a ’algo diferente, algo grande y algo visible’, como dice el coro del texto de Eurípides. Para los antiguos, la Bacante expresaba el lado salvaje e indomable de la mujer; la mujer que abandona a sus hijos, su hogar y su ciudad, que abandona el orden masculino, para bailar libremente, ir de caza y comer carne cruda en las montañas y los bosques; en definitiva, lo contrario de la mujer “bonita”, que emula a Venus, diosa del amor y el matrimonio, la mujer que se mira en el espejo, que “se hace bella”. Tanto el friso de la Casa de Thiasos como el de los Misterios muestran a la mujer como suspendida, como oscilando entre estos dos extremos, dos modos de ser femenino en aquella época. Son frescos con un profundo significado religioso, pero aquí estaban destinados a adornar espacios para banquetes y fiestas... un poco como cuando encontramos una copia de La Creación de Adán de Miguel Ángel en la pared de un restaurante italiano de Nueva York, para crear ambiente. Detrás de estas maravillosas pinturas, que juegan con la ilusión y la realidad, podemos ver los signos de una crisis religiosa que asolaba el mundo antiguo, pero también podemos captar la grandeza de una ritualidad que se remonta a un mundo arcaico, al menos hasta el II milenio a.C., al Dioniso de los pueblos micénicos y cretenses, que también se llamaba Zagreus, señor de los animales salvajes.

El entorno de los Thiasos dionisíacos será visible al público a partir de ahora como parte de las visitas al yacimiento. Todos los días de lunes a viernes a las 11.00 horas (previa reserva en el 327 2716666) se podrá acceder en dos grupos de 15 personas, acompañados por personal del yacimiento que ilustrará los principales hallazgos y ambientes que han aflorado y la metodología de excavación. Para acceder a las visitas será necesario disponer de una entrada regular al parque arqueológico.

Esta noche en Raiuno, a las 21.30 horas, Alberto Angela dedicará una franja en profundidad a estos últimos descubrimientos en el Parque Arqueológico de Pompeya.

Megalografía Casa Thiasos
Megalografía Casa de los Thiasos
Megalografía Casa Thiasos, dettaglio
Megalografía Casa de los Thiasos, detalle

Pompeya, ha aparecido una gran sala de banquetes con frescos y megalografía dedicada a la procesión de Dioniso
Pompeya, ha aparecido una gran sala de banquetes con frescos y megalografía dedicada a la procesión de Dioniso


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