En el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles han comenzado hoy los trabajos de restauración del famoso Mosaico de la Batalla de Isso, una de las obras más emblemáticas del MANN. La restauración se llevará a cabo bajo la supervisión del Instituto Central de Restauración (ICR); las actividades de diagnóstico se promueven en red con la Universidad de Molise (UNIMOL) y el Centro de Investigación en Arqueometría y Ciencias de la Conservación (CRACS). Al inicio de las obras asistieron Paolo Giulierini (Director del MANN), Amanda Piezzo (Directora Técnica de las Obras de Restauración del Mosaico), Antonio De Simone (Director Científico de las Obras), Maria Teresa Operetto (Directora del Laboratorio de Restauración del MANN) y Claudia Carrer (Directora de Proyectos de Asociación, Alianzas/ TIM).
El mosaico, que decoraba el gran suelo de la exedra de la Casa del Fauno de Pompeya, era el centro de una rica “arquitectura” iconográfica. Descubierta en 1831, la obra maestra no sólo se reveló entonces como única por su tamaño y su iconografía, sino también por su excelente estado de conservación: las grandes lagunas encontradas afectaban, de hecho, a la parte izquierda de la obra, sin “afectar” al fulcro de la representación. En cualquier caso, la decisión de desprender el mosaico para transportarlo al entonces Museo Real Borbónico fue problemática. Tras unos doce años de acalorados debates, una comisión emitió un dictamen favorable y la obra fue embalada y conducida lentamente de Pompeya a Nápoles el 16 de noviembre de 1844, en un carro tirado por dieciséis bueyes. La integridad del mosaico se vio amenazada por un accidente en Torre del Greco, cuando la caja cayó al suelo, pero la obra maestra no sufrió daños.
La obra se colocó primero en el suelo de la sala CXL, según el diseño inicial de Pietro Bianchi. Luego, en 1916, Vittorio Spinazzola, concibió la nueva disposición en la pared, en las salas de mosaico reordenadas. Desde entonces, el mosaico no se ha movido, convirtiéndose en uno de los símbolos del museo.
La restauración iniciada hoy es muy compleja: la conservación, la ubicación, el peso (probablemente siete toneladas) y la relevancia histórico-artística del artefacto hacen que la operación sea muy delicada. El mosaico de Alejandro presenta diversas criticidades de conservación, consistentes principalmente en teselas desprendidas, lesiones superficiales, hinchazón y hundimiento de la superficie. En particular, la zona central derecha está afectada por una depresión visible; se observan hinchazones puntuales a lo largo del perímetro del mosaico, probablemente debidas a fenómenos de oxidación de los elementos metálicos del armazón de madera instalado durante el traslado de 1916. También están presentes microfracturas verticales y horizontales, así como una lesión diagonal, que ya había sido velada durante restauraciones anteriores. En los últimos veinte años, la necesidad de una restauración global se hizo patente gracias a las investigaciones de diagnóstico realizadas: a las razones de conservación se unió la necesidad de una mejor lectura orgánica de la obra.
La intervención, por supuesto, fue precedida de una campaña de diagnóstico exhaustiva. En 2015, con la contribución de IPERION CH.it y del CNR-ISTI de Pisa, los técnicos documentaron el estado de la obra, en relación con los materiales constitutivos, distinguiéndolos de los atribuibles a restauraciones realizadas en época antigua y moderna. En 2018, con la participación de la Universidad de Molise y el CNR, se llevó a cabo un estudio detallado del mosaico, utilizando fotogrametría de alta resolución: el modelo tridimensional de la obra se complementó con un estudio de georradar para verificar el estado del soporte. Estas operaciones también permitieron poner de manifiesto fracturas y grietas no visibles a simple vista, así como anomalías en las capas que componen el soporte.
Los estudios han demostrado que los fenómenos de deterioro probablemente se deban esencialmente a la oxidación de los soportes de hierro del mosaico y al deterioro de los morteros: la depresión acentuada que afecta a la parte central/derecha del panel de mosaico puede atribuirse a estos factores. Este estado de cosas se ve ciertamente agravado por el peso del mosaico y su posición vertical, causas ambas a las que cabe atribuir el deslizamiento hacia abajo de la capa más superficial de mortero y teselas. Con el fin de obtener una imagen exhaustiva del estado real de la obra, se ha previsto una nueva campaña de investigaciones de diagnóstico, llevada a cabo por la Universidad de Molise y el CRACS (Centro de Investigación en Arqueometría y Ciencias de la Conservación); las investigaciones afectarán también a la fase ejecutiva de la restauración. También se prestará especial atención a las condiciones microclimáticas y ambientales, no sólo para comprender su posible impacto en el proceso de degradación del mosaico, sino sobre todo para identificar las mejores condiciones futuras de exposición, en términos de iluminación y parámetros termohigrométricos.
El proyecto de restauración se caracteriza por el principio de intervención mínima y tiene por objeto preservar la integridad material de la obra en su estado actual. La intervención se dividirá en dos fases diferentes: entre los dos momentos, los técnicos desplazarán el mosaico. La manipulación es necesaria para explorar la zona posterior a la Batalla de Isso, verificar el estado del soporte y definir con precisión el trabajo de conservación global que se llevará a cabo. En la primera fase, la intervención prevista, que se llevará a cabo in situ mediante el establecimiento de un emplazamiento visible, tiene por objeto asegurar la superficie del mosaico antes de la manipulación de la obra. En esta fase, el mosaico se someterá a una minuciosa inspección visual y táctil de toda la superficie, previa a los trabajos posteriores; preconsolidación de las teselas y capas de mortero desprendidas; limpieza; velado con vendas de soporte adecuadas de toda la superficie actualmente visible.
En una fase posterior, tras la instalación de una tabla protectora de madera y un marco metálico de soporte adecuado, el mosaico se retirará de su ubicación actual mediante un sistema de manipulación mecánica especialmente diseñado. La prospección directa irá acompañada de otros análisis instrumentales, gracias a los cuales se definirán las intervenciones de restauración hipotetizadas en la primera fase del proyecto, estableciendo las actuaciones a realizar sobre el soporte para garantizar la conservación del artefacto.
La segunda y última fase ejecutiva de la restauración implicará, en cambio, en primer lugar, el soporte del mosaico: los trabajos se llevarán a cabo, por tanto, en la superficie posterior de la obra (las teselas del mosaico, en este momento, no serán visibles porque están cubiertas por el tablero de protección de madera). TIM, en colaboración con NTT DATA, ha aportado una importante contribución en términos de nuevos servicios y plataformas. La empresa ha puesto a disposición, a título experimental, soluciones digitales que permiten utilizar nuevas tecnologías para la restauración, gracias al tratamiento simultáneo de los datos adquiridos durante la fase de diagnóstico. Gracias a estas tecnologías será posible reproducir, según varios niveles en el cuerpo del mosaico, toda la información técnica útil para llevar a cabo la restauración que se visualizará en tiempo real con soluciones de realidad virtual y aumentada. Las aplicaciones, junto con una consola de control, permitirán utilizar un visor inteligente que se llevará puesto para enmarcar la parte del mosaico que se va a restaurar: de este modo, el restaurador tendrá siempre las manos libres para operar y, lo que es más importante, podrá trabajar en la parte posterior de la obra, comprobando en todo momento los efectos producidos en las capas anteriores del artefacto.
El instrumental permitirá, con una metodología similar a la utilizada en cirugía, la proyección a escala 1:1 del frente del mosaico sobre una superficie especial, que podrá ser una pared o un paño colocado in situ (que no sólo será una herramienta de trabajo para los restauradores, sino que también hará accesible al público lo que está ocurriendo en el yacimiento), y la asociación con la proyección de una serie de parámetros geofísicos deducidos de las investigaciones (que podrán ser interrogados por los operadores en tiempo real, analizando todos los datos inherentes al artefacto en su conjunto). Una vez finalizada la intervención en el soporte, los restauradores retirarán los vendajes colocados durante la fase inicial de intervención y completarán la restauración con operaciones de limpieza, ulterior y eventual consolidación y tratamiento final de protección. El proyecto de restauración será así también una ocasión para valorizar, también en la percepción de los visitantes, no sólo el complejo recorrido de la investigación, sino también la metodología adoptada (la dimensión progresiva, puntual y cuidadosa de las distintas fases de trabajo será un componente esencial para subrayar la interconexión de contribuciones y profesionalidad, en la base de un evento de importancia internacional).
“Con el inicio, en 2021, de la restauración del Mosaico de Alejandro”, afirma el director del MANN, Paolo Giulierini, “escribimos una página importante en la historia del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles y, por tanto, de la conservación del patrimonio cultural. Será una restauración grandiosa, que se completará ante los ojos del mundo. Nos espera un apasionante viaje de siete meses: tras el meticuloso trabajo preparatorio, estudiosos y expertos se ocuparán de nuestra emblemática obra maestra pompeyana, que representa la famosa Batalla de Issus, utilizando las técnicas más avanzadas. La tecnología y las plataformas digitales nos permitirán seguir las delicadas operaciones, paso a paso, en una especie de ”obra transparente“, como nunca antes. Para llevar a cabo una operación tan ambiciosa y compleja, MANN ha activado una red de colaboraciones y asociaciones científicas de gran prestigio”.
“Hace falta valor para abordar una restauración de este tipo, el valor que nos transmite este gran personaje que se lanzó a la conquista del mundo”, añade Giulierini. “Un coraje que en parte faltó en el pasado, el de plantear el problema del mosaico de Alejandro. Quiero dar las gracias al profesor Antonio De Simone, que enseguida subrayó la urgencia y la importancia de esta restauración, y a nuestra arquitecta Amanda Piezzo”. El Museo, con su taller de restauración dirigido desde hoy por Maria Teresa Operetto, no se ha cerrado en banda para esta empresa. Estamos trabajando con importantes socios científicos, universidades, TIM en colaboración con NTT DATA y una tecnología que se combina con el milagro cotidiano de las manos de nuestros restauradores. Será una restauración “transparente”, visible para los visitantes cuando reabran los museos y, en algunas fases, también en línea. Juntos estamos asumiendo esta gran responsabilidad, en coordinación con el Instituto Central de Restauración (ICR) que dirige Alessandra Marino, a quien doy las gracias. Dentro de un año organizaremos la gran exposición Alessandro e la via delle Indie, con la Región Campania. Porque nuestro museo, símbolo de la arqueología italiana en el mundo, mira a Oriente y Occidente".
En la fotografía: restauradores trabajando en el mosaico de Alejandro. Foto Crédito Marco Pedicini
Nápoles, comienza la compleja restauración del mosaico de Alejandro en la batalla de Isso |
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