Gales, importantes hallazgos prehistóricos descubiertos gracias a... ¡los conejos!


Arqueólogos conejeros en Gales: en la isla de Skokholm se han hecho importantes hallazgos cerca de una madriguera excavada por conejos.

Conejos arqueológicos en Gales, en la isla de Skokholm, donde los pequeños mamíferos han... ayudado a los expertos a encontrar dos objetos prehistóricos de dos épocas distintas. Claro que, bromas aparte, la realidad es menos poética: simplemente, como informa The Guardian, dos guardas del parque natural de la isla, Richard Brown y Giselle Eagle, encontraron dos objetos cerca de la madriguera que los conejos habían excavado en un prado: un guijarro pulido, probablemente utilizado por los cazadores-recolectores hace 9.000 años para alimentarse, y un fragmento de una urna de bronce, datada hace unos 3.750 años.

El arqueólogo Andrew David explicó al periódico británico que el hallazgo es importante porque, refiriéndose al guijarro pulido, “aunque estas herramientas son bien conocidas en yacimientos costeros de Pembrokeshire y Cornualles, así como en Escocia y el norte de Francia, éste es el primer ejemplo hallado en Skokholm, y la primera prueba de que la isla estuvo habitada a finales del Mesolítico”.



En cuanto al fragmento de urna de bronce, se cree que es el resto de un objeto relacionado con ritos funerarios. De nuevo, se trata del primer hallazgo de este tipo en la isla de Skokholm. De la isla, explicó el arqueólogo Toby Driver, "están saliendo hallazgos prehistóricos maravillosos. Parece que hubo un montículo de la Edad de Bronce temprana construido sobre un yacimiento de cazadores-recolectores de la Edad de Piedra. Este yacimiento, donde ahora se encuentra la cabaña de la isla, estuvo claramente habitado durante milenios. Hasta la fecha, tampoco tenemos nada similar en las islas mayores de Skomer y Ramsey.

En la foto: fragmento de urna de bronce, foto de Brown y Eagle.

Gales, importantes hallazgos prehistóricos descubiertos gracias a... ¡los conejos!
Gales, importantes hallazgos prehistóricos descubiertos gracias a... ¡los conejos!


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