Excepcional descubrimiento en Tarquinia: nueva tumba pintada en la necrópolis etrusca


Un extraordinario descubrimiento arqueológico en la necrópolis de Monterozzi, en Tarquinia: se ha desenterrado una tumba etrusca con frescos únicos, entre danzas frenéticas y antiguos talleres metalúrgicos.

Extraordinario descubrimiento en el yacimiento Unesco de Tarquinia, donde los arqueólogos han encontrado una nueva tumba de cámara pintada: las pinturas de las paredes muestran escenas de danza y talleres. El descubrimiento se remonta a finales de 2022, aunque sólo ha sido anunciado por la Superintendencia de Viterbo en las últimas horas. Todo comenzó durante una inspección de la Superintendencia a raíz de la apertura de unas cavidades en el suelo: el excepcional descubrimiento tuvo lugar en la necrópolis etrusca de Monterozzi, cerca de Tarquinia, donde los arqueoespeleólogos, al explorar esas cavidades, confirmaron que se trataba de tumbas que ya habían sido visitadas por excavadores clandestinos en el pasado. Sin embargo, una de las tumbas ocultaba un secreto aún intacto: el derrumbe de un muro había dejado al descubierto una cámara funeraria más profunda, decorada con escenas pintadas de colores extraordinariamente vivos.

Esta nueva tumba, catalogada con el número 6438, fue dedicada a la memoria de Franco Adamo, reputado restaurador de las tumbas pintadas de Tarquinia, fallecido en mayo de 2022. El descubrimiento representa un gran acontecimiento para la arqueología etrusca, ya que saca a la luz una muestra representativa de la vida y la cultura de hace más de dos mil años.

El descubrimiento es obra de la Soprintendenza di Viterbo e dell’Etruria Meridionale, y en particular de los arqueólogos Daniele F. Maras y Rossella Zaccagnini, del Ministerio de Cultura, junto con los colaboradores externos Gloria Adinolfi y Rodolfo Carmagnola, mientras que la excavación corrió a cargo de Archeomatica s.r.l.s., y la restauración de las superficies, de Adele Cecchini y Mariangela Santella. A.S.O. se encargó de las operaciones arqueoespeológicas.



Vista aérea de la cavidad en el momento del descubrimiento
Vista aérea de la cavidad en el momento del descubrimiento
Tumba en el momento del descubrimiento - pared posterior
Tumba en el momento del descubrimiento - pared posterior
Tumba en el momento del descubrimiento - entrada
Tumba en la época del descubrimiento - entrada

Delicado trabajo de excavación y seguridad

Para evitar que el yacimiento se viera comprometido por ladrones de tumbas o visitantes imprudentes, la Superintendencia ha mantenido el máximo secreto sobre las operaciones de excavación Gracias a una subvención extraordinaria del Ministerio de Cultura, los arqueólogos pudieron llevar a cabo meticulosos trabajos para asegurar la tumba y preservar su delicado equilibrio: por estas razones, así como para estudiar lo que había aflorado, la noticia se dio a conocer dos años después del descubrimiento real.

"Tras restablecer el acceso a la cámara sepulcral -explica Daniele F. Maras, responsable arqueológico del descubrimiento, hoy director del Museo Arqueológico Nacional de Florencia-, y una vez instalada una puerta metálica, la excavación arqueológica demostró que todo el material recogido no pertenecía al ajuar de la tumba pintada, que data de mediados del siglo V a.C., sino que había descendido de la superior, más antigua en más de un siglo, del final del periodo de orientalización".

Una compleja estratificación entre historia y naturaleza

La investigación arqueológica reveló una situación única y compleja. La tumba pintada había sido excavada a gran profundidad bajo un enterramiento preexistente. Antiguamente, los ladrones de tumbas habían conseguido penetrar en la tumba perforando la losa de cierre, saqueando el ajuar funerario original. Posteriormente, el derrumbe de la cámara superior trajo consigo escombros y objetos, mezclándolos con los restos de la tumba inferior.

De lo que en su día constituyó el ajuar funerario de la tumba pintada, sólo quedan algunos fragmentos de cerámica ática de figura roja, testimonio del valor de los objetos depositados con el difunto. Sin embargo, el verdadero tesoro del hallazgo son los frescos que decoran las paredes de la cámara funeraria.

Tumba en el momento del descubrimiento - pared izquierda
Tumba en el momento del descubrimiento - pared izquierda
Arqueóloga Daniele Maras
Arqueólogo Daniele Maras
Arqueólogos trabajando
Arqueólogos trabajando
Arqueólogos trabajando
Arqueólogos trabajando
Arqueólogos trabajando
Arqueólogos trabajando
Ajuar funerario
Ajuar funerario
Ajuar funerario
Ajuar funerario

Escenas de danzas y talleres: una iconografía sin precedentes

Las pinturas murales, aún en proceso de restauración, ofrecen una visión única de la cultura etrusca. La pared izquierda está animada por una danza frenética: hombres y mujeres se mueven en círculo alrededor de un elegante flautista, en una escena que expresa la vitalidad y el gusto por la fiesta típicos del pueblo etrusco.

En la pared del fondo, en cambio, emergen las figuras de una mujer -quizá la difunta- y dos jóvenes, pero parte de la decoración se ha perdido irremediablemente a causa de un derrumbe. Aún más enigmática es la pared derecha, donde emerge un taller metalúrgico en actividad. Los estudiosos especulan con la posibilidad de que represente el mítico taller del dios Sethlans (equivalente etrusco de Hefesto), o un taller real perteneciente a la familia enterrada.

Restauración y tecnología avanzada para devolver los colores a la luz

Los trabajos de restauración siguen su curso y requieren una precisión extrema. “El extraordinario nivel de las pinturas”, comenta satisfecha la superintendente Margherita Eichberg, “ya es evidente en la primera restauración, realizada por Adele Cecchini y Mariangela Santella, que pone de relieve los refinados detalles de las figuras del flautista y de una de las bailarinas”. Daniele Maras añade: “Desde hace décadas, ésta es la primera tumba pintada con un friso figurado que se descubre en Tarquinia, y promete ser muy intrigante por su historia, su nivel artístico y por algunas de las escenas representadas, que son únicas”.

El proyecto de conservación incluye la construcción de una estructura protectora alrededor de la tumba, dotada de una puerta con rotura de puente térmico para garantizar unas condiciones climáticas óptimas. Además, los arqueólogos están aplicando avanzadas tecnologías de imagen multiespectral para recuperar los colores perdidos de los antiguos pigmentos. Las primeras pruebas ya han arrojado resultados sorprendentes, arrojando nueva luz sobre estos extraordinarios testimonios del arte funerario etrusco.

Hacia un futuro de estudio y accesibilidad pública

Mientras avanza la restauración, los arqueólogos siguen estudiando el material recogido para comprender mejor el contexto histórico y social de la tumba. El objetivo a largo plazo es hacer accesible el yacimiento al público, permitiéndole admirar de cerca este extraordinario testimonio del arte y la cultura etruscos.

El descubrimiento de la Tumba nº 6438 no es sólo un gran hallazgo para la arqueología italiana, sino un paso fundamental hacia el redescubrimiento de la identidad de un pueblo que, a través de la belleza de sus pinturas funerarias, sigue contando su historia miles de años después.

Preparación para la conservación
Trabajos de conservación
Cartela restaurada del muro izquierdo
Fragmento restaurado de la pared izquierda
Restauradora Adele Cecchini
Restauradora Adele Cecchini
Detalle de la pared derecha (luz visible y VIL)
Detalle de la pared derecha (luz visible y VIL)

Excepcional descubrimiento en Tarquinia: nueva tumba pintada en la necrópolis etrusca
Excepcional descubrimiento en Tarquinia: nueva tumba pintada en la necrópolis etrusca


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