Importante descubrimiento arqueológico en España en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, en Guareña, localidad de Extremadura, región occidental del país próxima a la frontera con Portugal. En efecto, una excavación ha sacado a la luz, entre los numerosos materiales recuperados, una pequeña losa de pizarra de unos 20 centímetros grabada por ambas caras. En ella aparecen lo que parecen ser ejercicios de dibujo realizados mediante la repetición continua de rostros o figuras geométricas, y una escena de combate en la que interactúan tres personajes, probablemente tres guerreros. Los primeros indicios, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), homólogo de nuestro CNR, apuntan a que esta pieza, única en la arqueología de la Península Ibérica, sirvió probablemente de soporte al artesano para grabar motivos en piezas de oro, marfil o madera. El hallazgo debería datar de la época de la cultura de Tarteso (siglos XIII-VI a.C.).
El equipo del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura, dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, es el responsable de estas excavaciones arqueológicas, que ya fueron noticia en el pasado por el hallazgo del mayor sacrificio animal del Mediterráneo occidental. “Este descubrimiento”, afirma Esther Rodríguez, “representa un ejemplo único en la arqueología peninsular y nos acerca al conocimiento de los procesos artesanales de Tarteso, invisibles hasta ahora, al tiempo que nos permite completar nuestro conocimiento sobre la indumentaria, las armas o los tocados de los personajes . representados, ya que abundan los detalles en ellos”. Esta documentación complementa el descubrimiento realizado en la pasada campaña, en la que la documentación de varios rostros permitió, por primera vez, admirar cómo vestía sus joyas la sociedad de los siglos VI-V a.C.
Pero las sorpresas no acabaron ahí. Los investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida han comenzado, de hecho, hace sólo unos días a estudiar una serie de signos grabados en la tablilla de pizarra que, según las primeras interpretaciones, compondrían un alfabeto de una escritura paleohispánica meridional. Los investigadores encargados de los trabajos en el yacimiento están colaborando con un investigador experto en este tipo de escritura tras haber identificado lo que parece ser una secuencia de 21 signos dibujados en el borde de la tabl illa en la que también se han encontrado figuras de guerreros. Los expertos señalan que éste sería el tercer alfabeto conocido de una escritura paleohispánica meridional.
La investigación de este nuevo alfabeto comenzó gracias al informe de un estudioso, Joan Ferrer i Jané, investigador del grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, que se enteró por los medios de comunicación del hallazgo de la tablilla de pizarra con las siluetas de tres guerreros en el yacimiento extremeño. “Más allá de las figuras, cuando miré la placa vi que en uno de los lados parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se observaron otros rastros compatibles con signos de una secuencia conocida”, explica. Por ello, Ferrer se puso en contacto con el equipo del Instituto de Arqueología de Mérida y solicitó macrofotografías parciales de la zona para corroborar sus sospechas. ’Tras estudiar las imágenes, todo indica que se trata de un alfabeto meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi igual a la documentada en el alfabeto español, salvo el undécimo signo, que tiene una forma especial’, indica Ferrer i Jané.
En la actualidad, los alfabetos modernos conservan la secuencia inicial ABCD, que deriva del fenicio. El hallado en Guareña comienza con la secuencia “ABeKaTu”, que sería su equivalente, y tendría 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. “En la zona partida de la pieza se habrían perdido al menos seis signos, pero si fuera completamente simétrica y los signos ocuparan por completo tres de los cuatro lados del plato, éste podría sumar 32 signos, por lo que los signos perdidos podrían sumar once o quizás más si un posible signo, ’Tú’, aislado en el cuarto lado, formara parte del alfabeto”, comenta Ferrer i Jané, quien añade que “es una pena que se haya perdido la parte final del alfabeto porque es donde suelen estar las diferencias más acusadas”.
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la nororiental y la meridional. El límite entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se denomina el signo paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una al norte y otra al sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de escritura meridional, a la que correspondería este alfabeto.
Hasta ahora, sólo hay pruebas de la existencia de otros dos alfabetos de escritura meridional. Según las primeras investigaciones, el alfabeto de Guareña repite al menos los 10 primeros signos del alfabeto del yacimiento de Espanca, atestiguado en Castro Verde (Portugal). "Este alfabeto tiene 27 signos y es el único completo que conocemos hasta ahora. En la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) se encontró otro, pero está muy fragmentado, con sólo unos pocos signos centrales. Así que Guareña sería el tercero y aportaría mucha información’, dice Ferrer.
Esther Rodríguez González subraya que desde el primer momento en que se encontró la tablilla de pizarra fue consciente de que ’el volumen de información que contenía era incluso mayor que el de los rostros encontrados’. Además de las siluetas de figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que sugerían que la losa podía analizarse a distintos niveles. En la actualidad, Esther Rodríguez y el resto de investigadores del IAM, junto con Joan Ferrer, estudian el alcance de los signos identificados y la importancia que podrían tener como ejemplos de escritura paleohispánica meridional.
La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el alfabeto de Casas del Turuñuelo puede clasificarse dentro de alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. “En cualquier caso, esto confirma que hay muchas otras inscripciones ocultas en este yacimiento que esperamos salgan a la luz en futuras campañas”, concluye Ferrer i Jané.
España, los arqueólogos descubren una losa de pizarra con un alfabeto antiguo |
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