¿Qué perfume usaban los antiguos romanos? Han llegado hasta nosotros muchos recipientes, como frascos de bálsamo y ungüentarios, que se utilizaban para guardar productos con los que se perfumaban los romanos, pero nunca nos ha llegado su contenido. Ahora, sin embargo, un grupo de investigadores españoles puede responder a la pregunta, porque han descubierto lo que saben que es el primer perfume romano de la Antigüedad que se conserva. O, en todo caso, es sin duda la primera vez que se identifica la composición de un perfume romano de 2.000 años de antigüedad.
El hallazgo se remonta a 2019, pero los resultados científicos no se han publicado hasta este año, en un artículo de la revista científica suiza Heritage firmado por los cuatro autores del descubrimiento (Daniel Cosano, Juan Manuel Román, Fernando Lafont y José Rafael Ruiz Arrebola). Los restos del perfume fueron hallados en una urna desenterrada en una excavación arqueológica en el mausoleo de Carmona , España (antigua ciudad romana del Carmo), y los investigadores de la Universidad de Córdoba, dirigidos por el catedrático de Química Orgánica José Rafael Ruiz Arrebola, en colaboración con el Ayuntamiento de Carmona, pudieron describir químicamente los verdaderos componentes de un perfume del siglo I. Los restos estaban solidificados en el interior de un recipiente de cuarzo, aún perfectamente sellado. Según explica Román, la urna se encontraba en un enterramiento colectivo, posiblemente perteneciente a una familia de alto poder adquisitivo, en el que, además de numerosos objetos relacionados con el rito funerario (ofrendas y ajuar funerario), se encontraron las urnas funerarias de seis individuos adultos, tres mujeres y tres hombres. En una de las urnas, de vidrio, sobre los restos del difunto, en este caso una mujer de entre 30 y 40 años, se había depositado una bolsa de tela (cuyos restos se conservaban) que contenía tres cuentas de ámbar y un pequeño frasco ( unguentarium) de cristal de roca (cuarzo hialino) esculpido en forma de ánfora. Habitualmente los recipientes de perfume eran de vidrio soplado y, en contadas ocasiones, se han encontrado ejemplares de cuarzo, material que, por sus características y la dificultad de tallado debido a su dureza, los hacía muy codiciados y extremadamente caros.
Además de la singularidad del recipiente, lo verdaderamente extraordinario es que estaba perfectamente sellado y que en su interior se conservaban los restos sólidos del perfume, aspecto que permitió llevar a cabo esta investigación.Ruiz Arrebola destaca que el uso de dolomita (un tipo de carbón) para el tapón y el betún utilizado para sellarlo fueron la clave del magnífico estado de conservación de la pieza y de su contenido.
Para descubrir de qué estaba hecho el perfume se utilizaron varias técnicas instrumentales, como la difracción de rayos X y la cromatografía de gases combinada con espectrometría de masas, entre otras. Según Ruiz, a partir de los análisis se pudo determinar que el pequeño tapón cilíndrico era, como se ha mencionado, de dolomita y que se utilizó betún para su perfecta adherencia y cierre hermético. En cuanto al perfume, se identificaron dos componentes: una base o aglutinante, que permitía conservar los aromas, y la esencia propiamente dicha. En este caso la base era un aceite vegetal, (posiblemente, según algunas indicaciones reflejadas en los análisis, aceite de oliva, aunque esto no se puede confirmar al cien por cien). En cuanto a la esencia, según los resultados del análisis químico realizado por la Universidad de Córdoba, Roma olía a... pachulí. Este aceite esencial se obtenía de una planta de origen indio, el Pogostemon cablin, también muy utilizada hoy en perfumería y de la que no hay rastro en época romana. En cambio, las características monumentales de la tumba en la que se encontró y, sobre todo, el material del que estaba hecho el recipiente que lo contenía, sugieren que se trataba de un producto muy valioso.
“Según Plinio”, explican los investigadores en el artículo científico, “los perfumes o ungüentos debían contener dos ingredientes esenciales, a saber, una parte líquida y otra sólida. Ocasionalmente se añadía un colorante para colorear los perfumes. Los aceites más utilizados para fabricar perfumes se extraían del sésamo, del rábano picante, de las almendras o, sobre todo, del aceite, que se obtenía fácilmente en grandes cantidades. El aceite de aceitunas inmaduras resistía mejor la oxidación que el de aceitunas maduras. Por ello, los perfumes elaborados por los artesanos romanos contenían una base oleosa en lugar de alcohol y, en consecuencia, debían conservarse en un recipiente. En cualquier caso, las recetas reales recopiladas por los autores clásicos eran muy vagas o confusas en cuanto a las cantidades de ingredientes y los procedimientos que debían emplearse. Los romanos utilizaban los perfumes no sólo en la vida cotidiana, sino también en ocasiones especiales, como los funerales, en los que el incienso era obligatorio. Además, los perfumes se aplicaban como ungüentos o se utilizaban para embalsamar a los muertos. Cuando se incineraba un cadáver, los huesos y las cenizas se guardaban en una urna junto con perfumes más o menos caros conservados en recipientes de metal, vidrio, cerámica o cristal de roca, según la fortuna del difunto o la gratitud de los herederos. Los ricos hacían construir cámaras funerarias para albergar las urnas de todos los miembros de la familia”.
“Esta investigación -explicó la universidad en una nota- representa un hito para el campo de la perfumería romana y el uso del pachulí como aceite esencial. Actualmente se están llevando a cabo nuevos estudios sobre otros materiales singulares (como el ámbar, los tejidos o los pigmentos utilizados en las pinturas murales) conservados en el mausoleo de Carmona y sobre los que se esperan resultados próximamente”.
Los nuevos hallazgos de este trabajo son realmente interesantes y ofrecen importantes novedades. Como explican los investigadores en las conclusiones de su estudio, "se trata del primer informe sobre el uso de betún como agente sellador en un unguentarium con tapón de dolomita, otro descubrimiento único. El uso de betún para sellar e impermeabilizar el tapón de dolomita era bastante plausible, ya que elunguentarium pudo haber sido fabricado en un taller de perfumería de otro lugar del Imperio Romano y posteriormente adquirido por los propietarios de la tumba. De este modo, se aseguraron de que elunguentarium mantuviera intacto su contenido durante mucho tiempo utilizando un tapón sellado e impermeable. Que sepamos, quizá sea la primera vez que se identifica un perfume de la época romana".
En la foto, elunguentarium de Carmona.
España, identificada por primera vez en la historia la composición de un perfume romano |
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