Arqueólogos descubren el uso más antiguo de un tinte vegetal en una cueva israelí


A partir de unas cuentas encontradas en la cueva de Kebara, un yacimiento arqueológico israelí, los arqueólogos han descubierto el primer uso conocido hasta la fecha de un tinte de origen totalmente vegetal: un rojo brillante que puede datarse hace unos 15.000 años.

Un equipo de arqueólogos formado por Laurent Davin, de la Universidad Hebrea, Ludovic Bellot-Gurlet, del CNRS, y Julien Navas, del Conservatoire National des Arts et Mé tiers de París, ha realizado un importante descubrimiento a partir del análisis de cuentas de conchas especiales halladas en la cueva de Kebara, un yacimiento arqueológico israelí situado en la ladera occidental del Monte Carmelo.tiers de París, ha hecho un importante descubrimiento que pone de relieve el primer uso conocido hasta la fecha de un tinte de origen totalmente vegetal, obtenido de las raíces de ciertas plantas de la familia de las Rubiáceas: un rojo vivo que puede datarse hace unos 15.000 años.

El descubrimiento atribuye su uso fehaciente a los primeros asentamientos natufienses, habitados por los primeros cazadores-recolectores sedentarios del Levante. Los artefactos analizados y hallados en la cueva de Kebara pertenecen a una colección conservada en el Museo Rockefeller de Israel y se remontan a unas excavaciones realizadas en 1931. Según explican los investigadores, otros objetos desenterrados en aquella excavación, que podrían ser útiles para posteriores investigaciones relacionadas con su estudio, se conservan en colecciones de Estados Unidos y Gran Bretaña.

En el artículo publicado en la revista científica PLOS ONE, se señala que ya hace 140.000 años, los humanos de África habían empezado a utilizar habitualmente pigmentos minerales rojos como el óxido de hierro (comúnmente llamado ocre) para decorar sus espacios vitales, objetos, cuerpos y ropas.

Las investigaciones actuales enarqueología prehistórica también reconocen elocre rojo como un material universalmente aplicado con distintos fines, desde la exhibición simbólica y ritual hasta los usos utilitarios o funcionales, según el contexto. El estudio destaca también cómo muchos de ellos han sido reconocidos en la cultura arqueológica natufiense (15.000-11.650 a.C..), que marca la transición de las sociedades cazadoras-recolectoras paleolíticas a las economías agrícolas neolíticas de Levante: los natufios fueron los primeros cazadores-recolectores en adoptar un estilo de vida sedentario, un cambio económico y social drástico asociado a una creciente complejidad social, que también se refleja en diversos aspectos de su cultura material en los que interviene el ocre rojo (enterramientos, manifestaciones artísticas, ornamentos personales elaborados con conchas, objetos y estructuras de piedra duraderos cuyo revestimiento calcáreo es de ocre rojo).

El uso de pigmentos rojos orgánicos de origen vegetal o animal, más brillantes, “puros” y con mayor poder colorante que los pigmentos inorgánicos (y, por tanto, más atractivos para el ojo humano) no apareció hasta mucho más tarde, y los descubrimientos realizados hasta ahora lo sitúan hace 6.000 años.

Así pues, el reciente descubrimiento no sólo revela un aspecto hasta ahora desconocido del comportamiento de las sociedades natufienses (es decir, una tradición bien arraigada de procesamiento de plantas no alimenticias en los inicios del sedentarismo), sino que también abre nuevas perspectivas sobre las prácticas ornamentales y las cadenas operativas de los materiales pigmentarios en un periodo crucial de la historia de la humanidad. El ocre se encuentra ampliamente en el contexto Natufi: por ejemplo, la cueva de Hilazon Tachtit, también en Israel, que contiene enterramientos Natufi con textiles teñidos de ocre, sin embargo, este es el primer descubrimiento de tales tintes vegetales antiguos o en contextos Natufi.

La idea de que las cuentas de Kebara Natufi tenían algo inusual en comparación con todas las demás cuentas Natufi (se han encontrado más de 10.000) surgió del cuidadoso análisis de Davin, que reveló un rojo sorprendentemente brillante. Es interesante observar, como señalan los autores del estudio, que las plantas de la familia de la Rubia no son comestibles; el descubrimiento de un tinte derivado de sus raíces revela, por tanto, un aspecto del comportamiento de la sociedad natufiana hasta ahora desconocido: el tratamiento no alimentario de las plantas. Cabe suponer otros usos particulares y plantearse la siguiente pregunta: puesto que probablemente no comían una planta no comestible, ¿cómo descubrieron los natufios esta propiedad colorante de sus raíces? Davin afirma que se utilizaba y se sigue utilizando hoy en día en la medicina tradicional de muchas culturas por sus propiedades antioxidantes, pero también como supuesto afrodisíaco. Según especula, los natufianos probablemente experimentaron con el uso y las aplicaciones de muchas cosas, observando todo el entorno, buscando elementos que utilizar, probándolos y acabando con un tinte rojo brillante que superaba cualquier tonalidad del mundo mineral. El estudio también demuestra que ningún otro yacimiento natufiense posee cuentas como éstas, un elemento que podría atribuir el uso del colorante vegetal de las Rubiáceas a una invención local.

Otro aspecto interesante del estudio es la especial importancia del color rojo. Como escriben los autores del estudio: "Existe un efecto del rojo, más evidente en los hombres, por el que llevarlo aumenta la sensación de dominio, la agresividad y los niveles de testosterona, facilitando resultados positivos en una dinámica competitiva. Esta influencia del color rojo en la mente de los humanos anatómicamente modernos probablemente explica, al menos en parte, por qué empezaron a utilizar habitualmente pigmentos minerales rojos en África hace unos 140.000 años.

El tono especialmente brillante de las cuentas puede sugerir que, precisamente, el efecto rojo tenía una relevancia psicológica especialmente importante para tratar de impresionar a otras personas o despertar un efecto en ellas. También, quizá, como parte de un cortejo.

El descubrimiento en relación con la cueva de Kebara es un requisito fascinante para otros estudios interesantes.

En la foto, la cueva de Kebara.

Arqueólogos descubren el uso más antiguo de un tinte vegetal en una cueva israelí
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